La pandemia está resultando muy larga y tras una primavera de confinamiento, en verano se produjo una cierta relajación en cuanto a tomar medidas frente a la Covid-19 por parte de algunos sectores de la población. Los datos demuestran que desde entonces, las reuniones familiares y de amigos han sido las grandes culpables de que el virus se siga extendiendo en la población. En muchos países está ocurriendo lo mismo, hasta el punto de que los expertos están poniendo de nuevo la voz de alarma ante los eventos pequeños y privados que denominan superpropagadores, por el riesgo que generan.

Se habla de una cierta fatiga Covid, que puede estar jugando un papel importante, ya que determinadas personas comienzan a bajar la guardia. Los expertos aseguran que el número de personas en un evento no es tan determinante como el hecho de que entre ellas haya alguien que resulte altamente contagioso de la Covid-19. Si las personas no siguen las precauciones adecuadas, como usar mascarillas y mantener la distancia física, el riesgo se multiplica.

Reunión de comidaEl número de personas no es tan importante como que entre ellas haya alguien altamente contagioso

Espacios de riesgo

Un evento superpropagador, por tanto, es aquel en el que una sola persona con el virus entra en contacto con otras personas y genera un importante número de contagios. Si bien muchas personas piensan que el virus se propaga de manera homogénea (cada individuo propaga el virus a una o dos personas más), no siempre es así. Existe una creciente evidencia que sugiere que algunas personas no transmiten el virus mientras que otras, tienen una gran capacidad de propagación.

La superpropagación se ha documentado en muchos eventos, especialmente en reuniones familiares y de amigos. Celebraciones en bares, discotecas, bodas, reuniones… En estas ocasiones, decenas de personas se infectan al mismo tiempo. Los expertos dicen que cuantas más personas se reúnan, es más probable que una de ellas sea contagiosa. Una vez que en una reunión el número supera los 30 participantes, hay una posibilidad muy alta de que una sea contagiosa.

También es importante tener en cuenta que la ausencia de síntomas no garantiza que nadie esté enfermo. En este punto todavía hace falta mucha investigación, pero se cree que entre 2 y 3 días después de haberse expuesto al virus y haberse infectado, una persona se puede volver infecciosa, antes de que se desarrollen los síntomas. Desde entonces, y durante al menos una semana, y probablemente 10 días, se sigue teniendo capacidad de contagiar a otros. De hecho, se calcula que alrededor del 40 por ciento de la propagación es causada por personas que aún no han tenido síntomas o que nunca los han tenido. Es uno de los grandes peligros de este virus.

Fiesta de una bodaEntre 2 y 3 después de haberse expuesto al virus y haberse infectado, una persona se puede volver infecciosa antes de que se desarrollen los síntomas

Los expertos recuerdan que, aunque es comprensible que la población comience a dar muestras de cansancio en cuanto a las medidas de prevención y quiera volver cuanto antes a su vida normal, ahora más que nunca hay que tomarse más en serio los consejos de los profesionales y respetar las distancias de seguridad y seguir las pautas de higiene.