El cáncer de próstata es uno de los que mejores pronósticos que tiene, pero en algunos casos el desarrollo de la enfermedad se complica. Es lo que sucede con pacientes que han sufrido una recaída tras el tratamiento con radioterapia.

Los resultados muestran el difícil pronóstico que se presenta para estos pacientes, que recaen de forma temprana y en los que se vuelven a elevar rápidamente los niveles de PSA (marcador tumoral de cáncer de próstata). Todos ellos tienen un peor porvenir clínico ya que generan metástasis a distancia de manera precoz, elevándose el riesgo de fallecer por cáncer de próstata; aproximadamente el 30% en este grupo fallece debido a este tumor.

Este incremento de la posibilidad de metástasis y de mortalidad por cáncer de próstata pone en relevancia la importancia de un adecuado diagnóstico inicial de la recaída y la necesidad de técnicas específicas para su diagnóstico precoz.

Con el motivo para analizar por qué se producen estos casos, un consorcio de 15 instituciones de salud a nivel mundial liderado por la UCLA, la Universidad de California en Los Ángeles y en el que participa la Clínica Universidad de Navarra, está llevando a cabo una investigación que recoge la serie clínica más larga publicada de pacientes con cáncer de próstata resistente a la radioterapia.

Este grupo de hospitales, universidades y centros de investigación, entre los que también se encuentran Mayo Clinic, Johns Hopkins o University of Michigan y Fox Chase Cancer Center en Philadelphia, ha recopilado una cohorte con casi 9.000 pacientes. En concreto, la Clínica ha participado en un estudio para analizar qué ocurre en pacientes con cáncer de próstata de alto o muy alto riesgo que no responden a la radioterapia, y que ha contado con un total de 980 pacientes.

Gráfico próstata

“Tras recibir la invitación para participar, hemos trabajado en aportar datos de varios estudios, ya publicados en la revista de la Sociedad Americana de Oncología Radioterápica (ASTRO), que en la Clínica pusimos en marcha en 2001 para analizar la combinación de radioterapia externa, braquiterapia y tratamiento hormornal en este tipo de pacientes con un tumor de riesgo alto y muy alto”, explica el Dr. Rafael Martínez Monge, codirector del Departamento de Oncología Radioterápica. 

Uno de los aspectos fundamentales es valorar el seguimiento de los pacientes que no han respondido a la irradiación, por lo que se han incluido pacientes tratados entre 2001 y 2015. Los resultados del proyecto han sido publicados en la revista European Urology, la revista científica más importante de la especialidad. “Uno de los motivos de enfermedad metastásica en estos pacientes es que en las pruebas iniciales no se detecta la enfermedad microscópica y, por tanto, no se trata de forma específica, por lo que estos pacientes tienen una peor evolución”, explican desde la institución.

“Estos resultados nos llevan a reconsiderar el diagnóstico en los pacientes de riesgo alto y muy alto, a ser más precisos porque sabemos que estos pacientes cuando recaen el pronóstico es muy malo. Avanzar en el diagnóstico inicial para aumentar la intensidad del tratamiento desde el principio”, aseguran.