Unos 750 voluntarios de la fundación Arrels han recorrido este jueves por la noche las calles de Barcelona para acercarse a la realidad de las personas que duermen a la calle en plena pandemia del coronavirus. Se trata de la encuesta que la entidad hace cada año y que, esta vez, pone especial atención en el impacto de la crisis de la Covid-19 a las personas sin techo. "Con la pandemia, su situación todavía es mucho más complicada. Tienen una sensación mayor de frustración, más ansiedad, más estrés. La sensación de impotencia y de abandono es mucho más gran que antes", dice el director de Arrels, Ferran Busquets, que advierte que la emergencia social actual y el "colapso administrativo" podría acelerar el proceso de acabar durmiendo en la calle.

En la calle, pocas veces se duerme del todo. Eso explican a Kyril Casany, voluntario de Arrels, personas sin techo sobre la sensación de intranquilidad y de miedo que tienen durmiendo en el raso; una desazón y ansiedad que ha incrementado durante la pandemia del coronavirus, con medidas que han vaciado las calles de personas, como el actual toque de queda o el confinamiento de la primavera.

voluntarios fundación Raíces 2 ACN

Dos voluntarios de la fundación Arrels hablan con un sin techo de Barcelona / ACN

El director de Arrels señala que las mujeres que viven en la calle les explicitan que tienen más miedo que antes y que se sienten más solas. Algunos hombres explican que también se sienten más angustiados y otros, en cambio, dicen que prefieren que las calles estén más tranquilas por las noches. En cualquier caso, la entidad indica que algunas personas han cambiado el lugar donde pernoctar hacia zonas más transitadas.

La pandemia también hace que las personas que duermen en la calle tengan muchos menos espacios donde resguardarse y, por lo tanto, que tengan que estar viviendo más horas en el raso, una situación que se puede hacer más cruda con la llegada del invierno. La entidad ya está notando en los últimos meses un incremento o agravación de los problemas de salud mental de las personas que se encuentran en esta situación de exclusión social.

Además, Arrels teme que acabar durmiendo en la calle, que es un proceso más o menos lento causado por varios factores, se vaya acelerando a causa de la emergencia social derivada de la crisis de la Covid-19.

La entidad está atendiendo personas y familias que se están a punto de quedar en la calle a causa de haber perdido el trabajo, de trabajos muy precarios o de no estar cobrando las ayudas de los ERTE; un perfil diferente al que estaban más habituados a la entidad, especializada a atender personas sin techo que llevan años viviendo en la calle; un cambio que Busquets atribuye a la situación social que ha provocado la Covid-19 y al "colapso administrativo".

El director de Arrels puntualiza que eso no quiere decir que estas personas y familias acaben en la calle, pero sí que es un indicador de esta nueva realidad. Durante la encuesta, los voluntarios han tenido la instrucción clara de alertar inmediatamente si se encontraban a un niño durmiendo en la calle.

Un censo antes del toque de queda

Kyril participa con Mireia en la encuesta de Arrels. Por las calles que les han asignado, los que limitan ocho islas del barrio de la Nova Esquerra de l'Eixample, Kyril y Mireia se han encontrado a una persona durmiendo en la calle.

Es una encuesta marcada por la pandemia, también a la hora de desarrollarse, ya que ha empezado más de hora, a las 8 de la noche, por la voluntad de la entidad de ceñirse al máximo al toque de queda. A pesar de facilitar el certificado que permite la movilidad pasadas las 10 de la noche, la entidad quería que los voluntarios se sintieran cómodos y no tuvieran que sufrir para encontrarse solos en calles vacías.

La otra singularidad es el tipo de encuesta. Raíces quiere recabar información sobre cómo está impactando la pandemia en las personas que duermen en la calle y por eso pregunta a los participantes en la encuesta, entre otras cuestiones, si han tenido síntomas en algún momento de la Covid-19; si han utilizado las instalaciones que se facilitaron durante el estado de alarma o si les han hecho una PCR, indica Kyril.

La fundación también incorpora preguntas sobre los itinerarios de estas personas antes de acabar en la calle en Barcelona, por ejemplo, en qué municipio vivían y si están recibiendo algún tipo de apoyo social. Una de las cuestiones en que quiere indagar la entidad es la capacidad de respuesta de los municipios y sobre todo las diferencias que puede haber entre los más pequeños y los mayores.

El objetivo principal de la encuesta es radiografiar la situación de las personas que viven en la calle, pero la entidad también intentará hacer un recuento. Arrels prevé que encontrará a más personas durmiendo en la calle que en anteriores encuestas, si bien en los próximos días tendrá que analizar cómo condicionarán los resultados varias variables, como el adelanto de la encuesta, el toque de queda o la previsión de lluvia, si bien al final la noche ha sido serena.

Arrels teme que Marjan quiera denunciar

En la rueda de prensa antes del censo, Busquets ha explicado la voluntad de Arrels de presentarse como a acusación popular en el caso del Marjan, el hombre que vivía en la calle y que fue herido de bala por un agente de la Guardia Urbana después de una intervención policial, tal como ya anunció la entidad este miércoles.

Antes de iniciar los pasos para presentarse como acusación popular, la entidad esperará que Marjan decida si presentar denuncia o no. "Nos preocupa que no quiera saber nada de todo eso. Creemos que es un derecho que tiene y tememos que, como las personas que viven en la calle están tan acostumbradas a que sus derechos estén tan vulnerados, vuelva a pasar", ha afirmado el director de Arrels.

Arrels se quiere presentar como acusación popular para estar informada al detalle del procedimiento, pedir actuaciones durante la fase de instrucción y velar para que se tenga en cuenta la perspectiva de las personas sin techo en el proceso, expuso la entidad este miércoles a través de las redes sociales.