Este artículo, a buen seguro, romperá ideas preconcebidas. Un estudio publicado en la revista científica Emerging Infectious Diseases ha determinado cuáles son los asientos de un avión que tienen más riesgo de contagio por coronavirus. En contra de la creencia general, los asientos situados al lado de la ventanilla son los más peligrosos.

La explicación radica en la estructura del avión y cómo circula el aire en el interior del aparato. Los más seguros son los que dan en el pasillo. Esta conclusión se ha hecho a partir de los resultados de un vuelo doméstico de cinco horas analizado por la Universidad de Notre Dame, Fremantle (Australia).

Clase turista

En concreto, los resultados se han obtenido de un vuelo del pasado 21 de marzo de 2020 desde Sidney a Perth con la compañía Qantas Airways. En él se notificó que nueve pasajeros procedentes de un crucero, habían viajado con covid posteriormente a este vuelo. En las dos semanas posteriores, se identificaron otros casos de infección entre los pasajeros.

Aparte de la situación, ventana o pasillo, también se determinó que la clase turista, la más económica, también determinaba el contagio. Once personas contrajeron la enfermedad de un total de 243. Tan sólo tres de estos, está la duda sobre si el contagio se hizo dentro de la cabina o posterior al viaje.

Reparto de positivos

Distribución espacial de casos primarios (infecciosos y no infecciosos) y secundarios (asociados al vuelo y posiblemente asociados al vuelo) / Fuente: Universidad de Notre Dame, Fremantle

Otro hecho destacable es que los pasajeros ya contagiados previamente se repartieron de forma uniforme entre el centro y la parte posterior de la cabina, como se puede apreciar en esta infografía. Pero los once infectados secundarios se concentraron, únicamente, en el centro del aparato. Siete de estos, en la ventana.

La mayoría de los pasajeros afectados se encontraban a dos filas de los viajeros que provocaron el contagio, aunque uno estaba a seis filas de distancia. En un comunicado posterior, la compañía Qantas aseguró que tenía los protocolos activados pero desconocían que ya venían infectados: "Si lo hubiéramos sabido, no se les habría permitido subir", confirmó su director Ian Hosegood.

¿Cómo se determinó?

Las conclusiones siguieron el siguiente método: primero se realizaron análisis epidemiológicos con secuenciación del genoma completo. La cepa del virus de los viajeros al crucero y al vuelo estaba relacionada y no se había identificado previamente en Australia. Para once pasajeros, ninguno de los cuales había viajado en el crucero, la enfermedad confirmada por PCR se desarrolló entre 48 horas y 14 días posteriores al vuelo.

Se consideraron ocho casos de vuelo asociado con la distinta cepa SARS-CoV-2 A2-RP; los tres casos restantes posiblemente estaban asociados al vuelo. Los once pasajeros habían estado en la misma cabina con personas sintomáticas que presentaban casos primarios, positivos. Esta investigación proporciona evidencias de transmisión asociada al vuelo.