Durante el pasado año, la dieta Keto –término que hace referencia la dieta cetogénica– fue la más buscada en Google en todo el mundo. Un dato que pone de manifiesto el gran interés que suscita este plan dietético que han puesto de moda los famosos. Con él se logra perder una gran cantidad de peso de forma rápida restringiendo los hidratos de carbono y aumentando la ingesta de grasas en la alimentación.

Aunque las cantidades pueden variar en función del peso y la actividad física que desarrolle una persona, por regla general una dieta cetogénica debe aportar de un 60 a un 75% de las calorías procedentes la grasa, de un 15 a un 30% de las proteínas y de un 5 a un 10% de los carbohidratos. Esta ingesta provoca que el organismo se quede sin su fuente de combustible principal, la glucosa, y comience a descomponer principalmente la grasa para obtener energía. Este proceso se llama cetosis y provoca una pronunciada pérdida de peso si se mantiene en el tiempo.

Siempre controvertida

Existe mucha controversia acerca de esta dieta. Por un lado, se receta a menudo a personas que tienen que realizar una pérdida de peso muy significativa por sus buenos resultados a corto plazo. Por otro, porque ha demostrado ser beneficiosa en casos de epilepsia, algunos tipos de diabetes y en personas con hígado graso. Pero, al mismo tiempo, el hecho de que restrinja la ingesta de alimentos importantes provoca que el organismo vea reducida la aportación de vitaminas, minerales y fibra.

Por ejemplo, se disminuye el aporte de nutrientes como el calcio, la vitamina D, el selenio, el magnesio, el zinc y el fósforo. Esto provoca que muchos expertos rechacen este tipo de alimentación y, de hecho, en los últimos años se han publicado estudios que relacionan esta alimentación con un mayor riesgo de desarrollar determinadas patologías a largo plazo. El más reciente se ha llevado a cabo en la Sun Yat-Sen University de Guangzhou, China, y concluye que las dietas bajas en hidratos de carbono están relacionadas con una mayor prevalencia de fibrilación auricular (el tipo más común de arritmia).

Posible riesgo cardiovascular

Ahora sabemos también, tal y como recoge un estudio publicado en la revista Nutrients, que saltarse esta dieta y tomar alimentos con hidratos de carbono y ricos en azúcar de forma recurrente cuando se está realizando puede tener consecuencias negativas para la salud.

Para la investigación se reclutó a una serie de jóvenes que siguieron una dieta cetogénica durante una semana y que consumieron una bebida con 75 gramos de glucosa antes y después de realizar la dieta. Los resultados fueron calificados como alarmantes por los expertos, porque se registraron consecuencias en las salud cardiovascular y el estado de las arterias de estas personas. Al parecer, al saltarse la dieta, la tolerancia a la glucosa se ve perjudicada y la reintroducción del azúcar puede provocar picos del nivel de azúcar en sangre, lo que genera un incremento del riesgo cardiovascular.

Por lo tanto, aquellas personas que piensen en seguir la dieta cetogénica deberían tener en cuenta varios factores. En primer lugar, que para perder peso es mejor seguir una dieta equilibrada en la que tengan presencia los nutrientes más importantes. En segundo lugar, que no es bueno seguirla si no es por prescripción médica. Y, en tercer lugar, que si van a hacerla no deben reproducir el esquema de realizarla bien seis días a la semana y saltársela uno, porque su salud cardiovascular se podría estar exponiendo a un grave riesgo.