Las redes sociales son un instrumento de comunicación que puede resultar muy útil en unas circunstancias como las actuales. Sirven para estar en contacto con el resto de las personas y son un vehículo de canalización de sentimientos colectivos. Pero para algunas personas pueden llegar a convertirse en una fuente de ansiedad y pensamientos negativos. Cuando surgen ideas del tipo “¿no estaré demasiado tiempo enganchado?” o “no puedo dejar de saber qué ocurre con la vida de los demás” o “siento que el tiempo que paso en las redes es una especie de agujero negro, que absorbe mi tiempo y energía mental y emocional”.

Lo cierto es que varios estudios han relacionado el uso de las redes sociales con mayores niveles de depresión y ansiedad y aislamiento. De hecho, los amantes de estas plataformas tienen el doble de riesgo de padecer estas patologías en comparación con el resto. Y los usuarios más jóvenes corren aún más peligro, además de la frustración que les puede producir el hecho de no poder disfrutar de las circunstancias que otras personas tienen, aún en aislamiento (casas más grandes, jardines privados, objetos de ocio…).

Además, nuestras actividades online pueden interferir con nuestros patrones de sueño, que ya de por si están un poco alterados en estos días debido a la menor actividad física y vida social.

Por este motivo, estos son algunos consejos para que las redes sociales no dominen nuestras vidas.

Establecer un horario. Si no se quieren dejar las redes sociales de golpe, lo mejor es establecer un horario fijo para consultar al día y ceñirse a él. Entre media hora y una hora al día es más que suficiente. De este modo, evitaremos sentarnos frente a la pantalla, perder la noción del tiempo y que pasen las horas.

Evitar que las redes sociales sirvan como medio de información sobre la pandemia. En estas plataformas existe información veraz pero también muchas fake news que se propagan sin control y pueden despertar aún más alarmismo del que ya existe y con datos falsos. Por lo tanto, y para evitar más ansiedad de la normal, es mejor no consultar este tipo de información y ceñirse a la fiable que ofrecen medios de comunicación contrastados.

Lo mismo ocurre con la información médica o los trucos caseros para todo tipo de problemas que se pueden encontrar en las redes sociales. Cualquier duda hay que consultar con un médico.

Por lo tanto, el uso de las redes sociales debería concretarse en mantener contacto con aquellas personas a las que en estos días es imposible ver y no tanto en intentar solucionar dudas. Y en todo caso, recurrir al periodismo en el que confiamos.

Si al no consultar las redes sociales se presenta una cierta ansiedad, que puede ser normal, lo mejor es ocupar la cabeza con otro tipo de actividades como juegos en familia o conversaciones telefónicas. O con algún tipo de actividad física o relajante.