Entre las vértebras de la columna tenemos pequeños discos llenos de líquido. La desecación de esos discos es un trastorno común causado por la natural deshidratación de los tejidos producida por el paso del tiempo. Los discos entre las vértebras en la columna vertebral absorben el impacto y el impacto y evitan que los huesos se froten entre sí.

La desecación del disco es una parte normal del envejecimiento. Los discos pueden volverse más pequeños y menos flexibles a medida que se deshidratan, y en ocasiones pueden comenzar a descomponerse o degenerarse. Por causa de esta desecación pueden aparecer síntomas como rigidez, debilidad, ardor, hormigueo, entumecimiento de las piernas, reducción del movimiento, dolor o ciática.

Dolor cervical

Además de por causa del paso del tiempo, la deshidratación de los discos también puede producirse por haber sufrido un accidente, un golpe, por una variación excesiva del peso corporal o por realizar movimientos repetitivos, como los de levantar objetos pesados que influyen en la espalda. La mayoría de quienes sufren esta afección conocen el estado de sus discos vertebrales cuando acuden al médico debido a su dolor.

Las pruebas más habituales para cerciorarse de un problema como la deshidratación de los discos son las radiografías, las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas. Estas pruebas permiten al especialista observar directamente los huesos y la estructura de la columna, incluida la forma y el tamaño de los discos.

Posibles tratamientos

 

Si los discos desecados no causan dolor significativo o no interfieren con la vida diaria pueden no precisar. Pero en todo caso, y siempre en función de la molestia de la dolencia, se pueden llevar a cabo remedios como los siguientes. Evitar a toda costa posiciones dolorosas o incómodas, incrementar la fuerza de los músculos de la espalda a través de ejercicios básicos, perder peso, tomar analgésicos, utilizar inyecciones de esteroides o anestésicos locales para aliviar el dolor y la inflamación o, incluso, recurrir a la cirugía si otras medidas no funcionan.

Hay diversas maneras en las que la cirugía puede ayudar con un disco disecado. Y entre los posibles procedimientos destacan los siguientes:

La fusión. Se unen las vértebras que rodean el disco desecado. Esto ayuda a estabilizar la espalda y a evitar movimientos que pueden empeorar el dolor o las molestias.

La descompresión. Se extrae un hueso o un material de disco que se haya movido fuera de lugar para dejar más espacio para los nervios espinales.

Personas columnas

La corrección. Se llevan a cabo las reparaciones necesarias para corregir una curvatura anormal de la columna, si esta existiera. Esto puede ayudar a aliviar el dolor y aumentar el rango de movimiento.

Los implantes. Se pueden colocar discos artificiales o espaciadores entre las vértebras para evitar que los huesos se froten.

Tomar medidas para prevenir la desecación y la degeneración del disco es realmente importante. Entre ellos se recomienda mantenerse siempre hidratado, no fumar, mantener un peso adecuado y hacer ejercicio con regularidad.