Evitar que un tumor se vuelva resistente al tratamiento habitual es posible. El Instituto Oncológico Doctor Rosell (IOR) en el Hospital Universitari Dexeus ha puesto en marcha el proyecto EPICAL, un ensayo clínico internacional y multicéntrico con el objetivo de determinar si el tratamiento combinado con afatinib --un medicamento habitual en cáncer de pulmón de célula no pequeña con mutación EGFR-- más la generación de anticuerpos contra el EGF a través de vacunación del paciente, es capaz de evitar la resistencia del tumor en el fármaco y alargar la efectividad de la primera línea de tratamiento.

El ensayo se basa en la investigación realizada en cultivos celulares por los investigadores de Pangaea Oncology, el laboratorio de oncología asociado al IOR en el Hospital Universitario Dexeus. "Hace tiempo que sabemos que las mutaciones en el gen EGFR, del inglés Epidermal Growth Factor Receptor, tienen importancia en el crecimiento tumoral ya que ocasionan una división celular acelerada" ha explicado el jefe clínico del Instituto Oncológico Doctor Rosell, Santiago Viteri.

¿Por qué el tumor se hace resistente?

En este sentido existen fármacos que bloquean el EGFR y que se utilizan como primera línea de tratamiento en cáncer de pulmón. "No obstante" añade el doctor Viteri "el problema de estos fármacos es que no funcionan más allá de 10 o 12 meses porque el tumor se hace resistente".

En el estudio, publicado en la revista Journal of Thoracic Oncology, los investigadores de Pangaea Oncology y el IOR demuestran que la combinación de los anticuerpos generados a través de una vacuna contra EGF, junto con el fármaco que bloquea el gen EGFR, alarga la efectividad del tratamiento y retrasa la aparición de mecanismos de resistencia en las células tumorales.

"Este estudio lo hemos realizado en líneas celulares de cáncer de pulmón con mutaciones en EGFR y el ensayo clínico EPICAL tiene el objetivo de determinar que esta mejora en la eficacia del tratamiento también se produce en pacientes ha explicado Viteri. "Si fuera así", aclara "se evitaría la progresión de la enfermedad durante más tiempo, retrasando la aparición de síntomas y la necesidad de aplicar tratamientos más agresivos como la quimioterapia. La gran ventaja es que esta vacuna ya se ha evaluado en ensayos clínicos previos y sabemos que no tiene casi efectos secundarios".

En el ensayo EPICAL, puesto en marcha septiembre de 2018, participan cinco hospitales y está coordinado por la doctora Niki Karachaliou del Instituto Oncológico Doctor Rosell, en Dexeus.