La leucemia es un tipo de cáncer muy frecuente que afecta sobre todo a niños y adultos mayores. Dentro de los tipos que existen, una de las más comunes es la leucemia mieloide aguda (AML), que se propaga muy rápidamente y tiene una tasa de supervivencia baja. Se debe a que las células cancerosas se dividen más rápido de lo que el tratamiento que en la actualidad se prescribe puede actuar. Por lo tanto, encontrar una nueva terapia que se dirija de una forma más efectiva a estas células es crucial para la supervivencia a largo plazo. 

La razón por la que las células enfermas se reproducen tan rápido en este caso es que utilizan las reacciones químicas que se producen durante el metabolismo celular para crecer de forma anormal. Un equipo de expertos del Memorial Sloan Kettering de Nueva York, uno de los centros más representativos a nivel mundial en el tratamiento contra el cáncer, ha descubierto cómo la división celular de este tipo de leucemia se acelera: al parecer todo gira en torno a la vitamina B6, que es esencial para el funcionamiento del cuerpo humano.

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Llega a nuestro organismo a través de la alimentación y es indispensable para el crecimiento celular y el metabolismo, además de producir neurotransmisores y glóbulos rojos. Los expertos analizaron genes de los glóbulos blancos de las células enfermas de leucemia mieloide aguda, y más de 230 genes muy activos. Mediante una técnica que les permitió bloquear la actividad de cada gen, intentaron encontrar uno que detuviera la propagación de las células cancerosas y lo lograron.  Los autores han publicado los resultados en la revista Cancer Cell Journal.

Se trata de un gen que produce una enzima metabólica llamada piridoxal quinasa, que controla el uso de vitamina B6 al hacer proteínas que, a su vez, producen la forma activa de la vitamina.  Cuando las células están sanas, no necesitan vitamina B6 todo el tiempo. La enzima lo activa cuando es el momento adecuado para que las células se dividan.

Sin embargo, los investigadores encontraron que al dividir rápidamente las células cancerosas, la enzima promovía esta vitamina. Esto condujo a la proliferación de las células de AML, lo que podría conducir a un mayor crecimiento y propagación de la enfermedad.

Es decir, que esta enzima es esencial para el crecimiento de células leucémicas, que son adictas a la vitamina B6. Gracias a este descubrimiento, se abre la vía para un tratamiento más efectivo frente a esta enfermedad. Y todo gracias a la combinación de enzimas y vitaminas, que sin duda parece encaminada a convertirse en la nueva forma de terapia más efectiva. No sería tan simple como reducir la ingesta de vitamina B6 de los pacientes porque esto puede afectar las funciones vitales en todo el cuerpo, incluido el cerebro y el resto del sistema nervioso central. 

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Lo que los científicos están intentando es, mediante lo ensayos con diferentes compuestos químicos, desarrollar un medicamento que influya en la enzima PDXK.  Al hacerlo, las células leucémicas no podrían usar la vitamina B6 en su beneficio. El método podría no solo retrasar o detener la propagación de la leucemia, sino que también podría evitar dañar las células sanas que requieren vitamina B6 para sobrevivir.