La vitamina D es un nutriente esencial para nuestro organismo que, entre otras cosas, ayuda a mantener los huesos sanos y fuertes, incrementa la renovación celular y mejora la función inmunológica. Nuestro organismo absorbe la vitamina D principalmente a través de la exposición al sol, aunque los suplementos dietéticos y ciertos alimentos también pueden ser una fuente de este nutriente.

Se produce un déficit de vitamina D cuando nuestro cuerpo no absorbe los niveles recomendados. Los casos más graves pueden provocar malformación en los huesos fragilidad y pérdida de densidad. Además, también puede provocar artrosis, cardiopatías, raquitismo en niños y favorecer la aparición de determinados tipos de cáncer.

Existe también un vínculo entre la deficiencia de vitamina D y las personas con un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más. Las personas obesas pueden necesitar absorber más vitamina D que las personas de peso adecuado para alcanzar los niveles de nutrientes recomendados.

ObesidadLas personas que sufren de obesidad tienen más dificultades para conseguir la cantidad necesaria de vitamina D

Asimismo, determinados estudios han demostrado un vínculo entre la deficiencia de vitamina D y la depresión. Por ejemplo, este metaanálisis llevado a cabo por expertos de la Universidad de Cambridge concluyó que un porcentaje considerable de las personas con depresión también tenían niveles bajos de vitamina D. El mismo estudio demostró que, estadísticamente, las personas con niveles bajos de vitamina D tenían un riesgo mucho mayor de depresión.

Los investigadores creen que debido a que la vitamina D es importante para una función cerebral saludable, los niveles insuficientes de este nutriente pueden influir en la depresión y otras enfermedades mentales. De hecho, se han encontrado receptores de vitamina D en las mismas áreas del cerebro asociadas con la depresión. Por este motivo, en el caso de una persona que sufra depresión de forma recurrente, debería acudir a un especialista para comprobar los niveles de esta vitamina en su organismo. En cuanto a la prevención, la escasa exposición al sol y el estilo de vida poco saludable pueden contribuir a niveles bajos de vitamina D.

La cantidad de exposición al sol que se necesita depende del clima, la hora del día y la época del año. Las personas con piel más clara tienden a absorber la vitamina D más rápidamente. Se aconseja un intervalo de entre 15 minutos y 3 horas de exposición al sol diarios para obtener suficiente vitamina D, en función de la cantidad de luz disponible según el lugar donde se viva. Hay que tener también en cuenta que las personas que tienen la piel más oscura tienen mayores cantidades de melanina, un pigmento natural que le da color a la piel. La melanina reduce la producción de vitamina D en la piel.

Mujer al solLa exposición diaria al sol es de gran utilidad para contar con la dosis necesaria de vitamina D

En cuanto a la dieta, son pocos los alimentos ricos en vitamina D: el salmón, la caballa y otros pescados grasos, los aceites de hígado de pescado, las grasas animales y los alimentos enriquecidos con esta vitamina, como algunos tipos de leche o cereales.