El equipamiento técnico de una UCI es un trabajo extremadamente complejo que requiere en condiciones normales entre 30 y 40 días, según Carlos Rueda, jefe de edificación del grupo Agefred. Pero las UCI que esta semana ha puesto en marcha esta empresa en la Universidad Internacional de Catalunya (UIC) en Sant Cugat, se tuvo que hacer en sólo 9 días.

Un tiempo récord, asegura el especialista de Agefred y responsable de esta transformación de emergencia que ha obligado a trabajar diariamente entre 40 y 50 personas. El objetivo era conseguir convertir el comedor de la Universidad de Sant Cugat en una UCI con 68 camas; colocar 92 camas en las aulas de la facultad de medicina y 54 en los espacios de simuladores que utilizan a los alumnos que, de repente, han tenido que transformársese en espacios donde los médicos batallan contra un virus muy real. En total 200 camas.

El trabajo del equipamiento de aire es fundamental para esta transformación. En particular en aquellas UCI que tienen que disponer de presión negativa, para impedir que el virus escape al exterior. "Justo lo contrario que en los quirófanos donde siempre se trabaja con sobrepresión", explica Rueda.

Todas las UCI han sido equipadas con oxígeno, aire, aire y vacío, voz y datos, y wifi. El SEM se ha encargado de instalar los respiradores, monitores y todo el resto de equipamientos necesarios.

Para poder trabajar correctamente, sin embargo, ha sido también necesario acondicionar vestuarios para el personal y el llamado espacio sucio para eliminar los equipamientos de protección (EPI) contaminados después del uso, así como el espacio de ordenadores y control.

Las UCI de la Universitat Internacional de Catalunya han empezado a trabajar esta semana para descargar de trabajo al Hospital General de Catalunya.