La situación que estamos viviendo con motivo de la pandemia es tan absolutamente excepcional e imprevisible que aún no se conocen con certeza las consecuencias psicológicas que puede provocar en la población. Los primeros estudios y la situación que se ha vivido en los países asiáticos demuestran que los niveles de ansiedad y depresión aumentan con motivo del confinamiento.

El distanciamiento físico, la imposibilidad de llevar a cabo una vida social normal y el hecho de pasar buena parte del día metidos en el hogar, son motivos muy claros para que esto suceda. Pero, sin duda, otro de los problemas añadidos es la incertidumbre, que es uno de los problemas más complicados a los que se tienen que enfrentar los millones de personas que están ahora en sus casas. El hecho de no saber cuándo terminará, ni cuándo se podrá recuperar una vida como la que se tenía antes y las consecuencias económicas que la pandemia pueden ser un gran motivo de desmotivación en el día a día.

Agobiado

Por este motivo, es importante mantenerse mentalmente fuertes para evitar de sufrir ataques de ansiedad importantes o pánico. La RAE define motivación como el conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona. Si esas ganas de actuar se pierden, es más fácil que la ansiedad o la depresión hagan mella. Es importante mantener esa fuerza interior que nos lleva a mantener la actividad y las ganas de seguir adelante a pesar de las dificultades.

Pero como esto no es algo que surja igual en todas las personas ni en todas las circunstancias puede haber estrategias que nos ayuden a fomentar la motivación en estos momentos que vivimos.

Mantener una actitud positiva y evitar en la medida de lo posible los pensamientos negativos. Incluso en momentos como estos se pueden extraer enseñanzas que valgan la pena o se puede pasar más tiempo con los seres queridos. Es importante que cuando los pensamientos negativos aparezcan seamos conscientes de ellos y los intentemos contrarrestar con otros de carácter positivo.

Establecer una serie de metas. Marcar unos horarios, seguir unas rutinas, ir aumentando los minutos de ejercicio que se hacen al día, proponerse la lectura de determinados libros, hacer recetas saludables… cada uno ha de buscar en su interior cuáles son los objetivos que pueden motivarle más, hacer un calendario para lograrlos y ponerse a ello.

Pensativa

Buscar momentos de relajación. Está claro que esta situación es muy complicada para todos, por eso es necesario buscar durante el día unos minutos para poder hacer ejercicios de respiración, de mindfulness o simplemente desconectar.

Ser condescendiente. Es normal agobiarse, pasarlo mal y sufrir por esta situación tan inesperada y complicada. Por eso hay que ser benevolentes con nosotros mismos, comprender que a veces no es fácil afrontar lo que ocurre, que se pueden perder los nervios y no estar siempre bien.