El confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus ha comportado más ansiedad y estrés. Muchos han decidido calmar los ánimos con compras compulsivas un hecho que han detectado los psicólogos de Doctoralia. Primeros las compras navideñas, ahora las rebajas. "La compra hace que las personas olviden durante un rato qué está pasado y ayuda, en cierta manera, a desconectar. De esta manera, se aprende que comprar es una de las cosas que permite tener emociones positivas, así que se repetirá esta conducta como fuente de disminución del estrés o ansiedad, con el riesgo de convertirnos en compradores compulsivos", explica la psicóloga Consuelo Vilasánchez Muñoz.

Los expertos coinciden al afirmar que la persona no puede resistirse al impulso en llevar a cabo esta acción, aunque pueda resultar perjudicial. "Aunque el trabajo con las emociones es imprescindible, y es bueno que cada uno analice sus propias emociones, también es necesario un análisis de la persona con el entorno" y añade que "en muchas ocasiones hace falta enseñar a la persona a solucionar los problemas y, sobre todo, ofrecer herramientas para desarrollar conductas más adaptativas".

Superar una adicción no es fácil. Y esta además, añade la dificultad que, poco o mucho, necesitamos comprar. Una recomendación que hacen los expertos para intentar reducir el gasto, como por ejemplo, no llevar demasiado dinero encima, hacer una lista de cosas necesarias o empezar a hacer otras actividades que puedan proporcionar también una sensación de bienestar.

"Descontrol de la conducta"

Las compras por internet se pueden hacer en cualquier momento del día, hecho que dificulta el hecho de desengancharse de esta adicción. Además, son compras que se pueden producir de manera muy rápida y el placer es también inmediato.

"Las nuevas tecnologías y el fenómeno de compra online han incrementado este trastorno, porque se facilita el descontrol de la conducta, ya que a cualquier hora se puede hacer una compra, no hay esperas ni cola, y se obtiene una gratificación al momento", explica.

¿Cuál es su perfil?

Normalmente, las personas más afectadas son mujeres de entre 30 y 45 años y, en este caso, con un nivel socioeconómico medio-alto, aunque según señalan los expertos, el perfil va cambiando muy rápidamente.