La colchicina es un medicamento usado desde muy antiguo para el tratamiento de las crisis de gota y, más recientemente en algunas enfermedades inflamatorias, entre las que se incluye la pericarditis o inflamación de la membrana que recubre el corazón. Su mecanismo de acción es múltiple y complejo, lo que hace que en la actualidad se esté investigando incluso como tratamiento para la prevención del cáncer. Así lo explica el doctor Josep Guindo Soldevila, del Servicio de Cardiología del Hospial QuirónSalud Barcelona.

En un estudio presentado el pasado mes de noviembre en el congreso de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) y recientemente publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine se ha puesto de manifiesto que la administración de colchicina a dosis bajas (solo 0’5 miligramos al día) mejora el pronóstico de en los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. “El tratamiento con colchicina se inició dentro del primer mes de haber sufrido el infarto y se prolongó durante una media cercana a los 2 años. En este tiempo, los enfermos que recibieron colchicina presentaron un 23% de reducción de las complicaciones cardiovasculares (muerte, reinfarto, ictus o reingreso urgente por angina de pecho)”, detalla el doctor.

Otros usos de la colchicina

“El principal beneficio de la colchicina se observó en la prevención del ictus (lo que comúnmente se conoce como “embolia cerebral”), que se redujo en un 74% y en la aparición de angina de pecho que precisó ingreso urgente para reintervención coronaria, que se redujo en un 50%”, comenta Guindo.

“El estudio también demostró que colchicina a dosis bajas es muy bien tolerada. Sus efectos gastrointestinales (diarrea, nauseas) que aparecen frecuentemente cuando se administra a dosis altas para controlar las crisis de gota fueron poco frecuentes (<10%) y muy similares a los pacientes que recibieron placebo”, añade.

Así pues, “si los resultados de este interesantísimo trabajo se confirman en futuros estudios, el tratamiento con colchicina a dosis bajas puede convertirse en el nuevo paradigma de la prevención secundaria de los pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio”, insiste.