Estrés, cansancio, preocupaciones en exceso, nervios, ansiedad, necesidad de moverse y de cambio. O de apatía general por la situación que estamos viviendo. El coronavirus ha afectado y afecta a la salud emocional. Menos contactos sociales, más restricciones de movilidad, más dificultad para hacer cosas y sensación de agobio. La depresión, la ansiedad generalizada, la ansiedad social y las fobias ya representan el 70 y 80% de las patologías que llegan a las consultas. Y es que la coyuntura actual, con una inestabilidad económica y la obligación social de adaptarse a las nuevas restricciones y los pocos contactos sociales, ha hecho bajar la capacidad de las personas de superar situaciones adversas.

¿Sin embargo, hay trucos para salir de esta apatía y cansancio que abrazan tan fuerte? Ni magia ni milagros. Hay que ser consciente de la situación que estamos viviendo y de este momento. Así lo explica la profesora de la UOC y miembro del proyecto de la incubadora de la misma facultad Cultura Emocional Pública, Mireia Cabero Jounou. "Hay que ver qué se quiere hacer con esta apatía, si queremos reconvertirla y decidir el estado emocional desde la cual la queremos vivir. Podemos montarnos una vida sabiendo que durará poco tiempo, tomar una decisión de futuro, ir construyendo líneas estratégicas, acciones y actividades que no supongan sólo una línea exterior sino también interior, que es lo que está en nuestras manos," expone. En conversación con ElNacional.cat, insiste en que se debe interpretar la pandemia y darle sentido, es decir "calibrar qué va sucediendo y qué se produce en este cambio".

Apatía y desmotivación

"Si hace tiempo que estoy creando un plan de desarrollo personal, hace falta ir comprobando y validando que me acerco a él". En este sentido, pone énfasis que a veces necesitamos alguien que nos acompañe en este cambio. "Los cambios emocionales los podemos hacer nosotros y otros no. Sea porque son más complejos o hay creencias o patrones emocionales que no son fáciles para la persona de hacerlos", constata.

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Persona apática / Unsplash

¿Sin embargo, el origen de la apatía, cuál es? Cabero resalta que está centrado en la desmotivación. Es decir, que lo que se está viviendo no interesa o no ilusiona o que falta sentido en las cosas que se hacen. Por este motivo, insiste en que hay que recuperar pequeños intereses. "Hay a quien prioriza aprender y estar en renovación constante". La apatía ya comporta un tono emocional bajo, por este motivo no hay que centrarse a priori en mandalas o meditación, que son actividades que buscan serenar el sistema nervioso. Así, constata que lo que puede ir bien en estas situaciones es activar el cuerpo, deporte en casa, música o expresión artística para que pueda ser de utilidad.

La pregunta que hay que hacer, según la experta, es precisamente "qué le hace falta a tu apatía para vivir desde la emocionalidad". Con el fin de poder "decidir a conciencia qué quiero o cómo quiero llegar a la satisfacción personal, cabe a motivarme".

Qué pasa cuando la apatía va acompañada de una depresión

En algunos casos, no todos, Cabero destaca que la apatía puede ir acompañada de una depresión. Es entonces que hace falta tener los pies en el suelo y preguntarnos por qué tenemos esta apatía o por qué hemos perdido un gran interés en la vida. En este caso, la psicóloga destaca que podría tratarse de una depresión reactiva, aunque no nos debe asustar. "Puede pasar de que en una época vital no resuenes con lo que la vida te aporta". Así subraya que es recomendable detectar bien el punto de partida, si es algo relacionado con la inteligencia emocional o más psiquiátrico.

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Persona apática / Unsplash

¿Qué ha pasado con otras pandemias?

Todavía es complicado ver qué efecto ha tenido, tiene y tendrá el coronavirus en nuestra salud mental, pero la profesora pone de manifiesto que los efectos psicológicos se alargan en el tiempo, hasta dos o tres años. Así como una enfermedad física se puede revertir en la mayoría de los casos, un malestar emocional o una depresión reactiva no va a la misma velocidad. Por lo tanto, es posible que tarde más tiempo a superarse.

En este sentido, destaca que seguramente el personal sanitario o esencial sufra efectos psicológicos a la larga porque no se han podido recuperar a su momento. "Hay determinadas personas al límite", concluye.

 

Imagen principal: sensación de estrés y de ahogo / Unsplash