No se publica mucho al respecto, pero entre los padres de chicas adolescentes es sin duda una cuestión que preocupa y mucho. ¿Qué pasa con las chicas jóvenes? ¿Por qué viven sometidas a una gran presión, muy por encima que la de los chicos de su misma edad?

Lisa Damour es una reputada psicóloga americana, colaboradora del New York Times y la CBS y asesora de diferentes universidades y centros de investigación. Acaba de publicar un libro que está teniendo un gran éxito en Estados Unidos y cuyo título es Under Pressure: Confronting the Epidemic of Stress and Anxiety in Girls’ (‘Bajo presión: afrontando la epidemia de estrés y ansiedad en las chicas’).

La autora explica en el libro que la cantidad de chicas jóvenes que a menudo se sienten nerviosas, preocupadas y ansiosas aumentó un 55% de 2009 a 2014, mientras que el número de adolescentes varones que experimentan ansiedad se ha mantenido sin cambios. Pero… ¿cuáles son las razones que explican este incremento tan extraordinario?

Según explica Damour en su texto, las razones que explican este aumento de la ansiedad son muy variadas, pero se deben fundamentalmente a la presión con la que se enfrentan a los diferentes aspectos de su vida. En primer lugar, los estudios. Las adolescentes los afrontan con una mayor exigencia que se traduce en mejores resultados, pero que les provoca un  mayor estrés. Lo cierto es que, en los últimos años, el rendimiento escolar de las chicas ha estado año tras año por encima del de los chicos.

El rendimiento escolar de las chicas ha estado año tras año por encima del de los chicos.

clase mesas - pixabay

En Catalunya, por ejemplo, el pasado año el Departament d'Ensenyament de la Generalitat galardonó a 44 jóvenes catalanes con los Premios Extraordinarios de Bachillerato, que reconocían a los mejores expedientes del curso. De ellos, dos terceras partes eran chicas.

Además, según la autora, hay mucha más exigencia socialmente para que ellas se comporten de forma agradable, sean amables y más útiles para las personas que las rodean. Mucha más que sobre los chicos.

Otro de los factores que más problemas de ansiedad está generando entre las adolescentes son las redes sociales. Recientemente, la Real Sociedad de Salud Pública del Reino Unido publicó un estudio realizado entre adolescentes y jóvenes de entre 14 y 24 años que abordaba su relación con la redes sociales. Entre otras conclusiones, la investigación apuntaba a que para las jóvenes, las principales redes sociales, especialmente Instagram, seguida de Facebook, Snapchat, Twitter y YouTube, aumentaban sus preocupaciones sobre su imagen corporal por encima de las de aquellas que no son usuarias de estos servicios.

A la presión por su éxito en los estudios, su exigencia por su aspecto físico que se ha ampliado al mundo virtual y su necesidad de sentirse útiles y agradables, se añade la sensación que tienen las jóvenes de que tanto sus padres como la sociedad en su conjunto tienen grandes expectativas sobre su futuro, pero al mismo tiempo ellas perciben que ese futuro no es nada esperanzador, sobre todo, en el terreno profesional.

Todos estos aspectos están provocando una auténtica epidemia silenciosa en todo el mundo. Lisa Damour sostiene que los padres juegan un papel fundamental en este aspecto, y por eso deben estar atentos al comportamiento de sus hijas.

Algunos signos que pueden indicar que se está sufriendo un trastorno de ansiedad son los siguientes: agotamiento, autocrítica excesiva, aislamiento, irritabilidad, suspicacia, negatividad, sensación de inutilidad y desesperanza.

En cualquier caso, la comunicación padres e hijos es fundamental en estos casos, para ayudar a admitir los síntomas y afrontar la ansiedad. Lo más adecuado, como suele ocurrir, es acudir a un especialista para que pueda realizar un primer diagnóstico.