Los datos de la Covid no evolucionan bien. Este sábado las UCI catalanas ya friegan a los 500 pacientes con coronavirus, y la jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d'Hebron, Magda Campins, ha mostrado su preocupación. En una entrevista al 324 ha augurado que, con el aumento de los contagios y de ingresos en las UCI, harán falta más restricciones. "Si el número de casos e ingresos va en aumento las próximas semanas, es muy probable que se tengan que poner más restricciones", ha valorado.

Desde el viernes, Catalunya vuelve a estar confinada comarcalment para recuperar el control de la pandemia después de que los ingresos en camas de críticos hayan aumentado exponencialmente, de una manera que no se había visto en las otras olas de contagios. "Lo atribuimos probablemente a la variante británica que representa el 90% de los casos", y ha añadido que hay un posible plus de gravedad de esta cepa que está haciendo que en las UCI haya pacientes más jóvenes, de entre 57 y 70 años. "En un principio parecía que era más transmisible, pero no más grave. Pero por el tipo de pacientes nos da la sensación que también hay un aumento de la gravedad", ha explicado.

El efecto de la Semana Santa en los contagios: ¿se está notando?

La doctora Campins ha advertido que los contagios que se produjeron durante la Semana Santa todavía no se han empezado a notar. "Los empezaremos a ver la semana que viene. Los ingresados ahora son unos pacientes que se contagiaron hace más de 10 días. Por eso nos preocupa que cuando se empiece a notar el impacto de la Semana Santa las UCI estén llenas", ha expresado Campins.

La jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d'Hebron ha señalado que, aunque todavía no se ha llegado a la situación de tener que desprogramar operaciones, el fantasma de un posible colapso de las UCI justifica el confinamiento comarcal. "Aunque estas medidas no serían necesarias si siguiéramos las recomendaciones", ha puntualizado Campins.

Las dudas sobre la estrategia de vacunación

Durante la entrevista, Campins ha admitido que han notado muchas dudas y ciertas reticencias a ponerse la vacuna de AstraZeneca. Lo ha atribuido a la información "muy pobre" que ha dado la Agencia Europea del Medicamento (EMA). "Nos habría gustado tener más datos de las patologías previas, los factores de riesgos... Todavía queda para saber cuáles son las causas de estas trombosis", ha lamentado.

Por otra parte, Campins asegura que, aunque la vacuna contra la Covid-19 se hubiera elaborado con los tempos habituales de 10 años, se hubieran podido encontrar efectos adversos al administrarse masivamente porque los estudios en laboratorios no tienen una muestra tan grande, de solo unas 40.000 personas.

Con todos los inconvenientes que han afectado a la estrategia de vacunación, Campins admite que veía muy negro que la vacunación llegara a los objetivos marcados por el verano, pero asegura que ahora la administración ha cogido impulso: "Vamos mucho mejor de lo que hace 15 días. Ahora, si llegaremos al verano al porcentaje que promete el Gobierno todavía no lo sabremos porque todavía hay muchos factores en juego".