Un nuevo estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal sugiere que la llegada del calor probablemente no detendrá la propagación de COVID-19 como se esperaba anteriormente. Sin embargo, este mismo estudio indica que las medidas de salud pública como el cierre de escuelas y las limitaciones en el tamaño de las reuniones de grupo están ayudando.

El estudio se ha llevado a cabo por expertos de la Universidad de Toronto y el St. Michael's Hospital, y el objetivo del estudio era investigar si la propagación de COVID-19 se ralentizaría a medida que lleguen los meses más cálidos y húmedos del año, tal y como ocurre con la gripe.

Picnic

La investigación

El estudio incluyó 144 áreas geopolíticas, incluidos estados y provincias de Australia, Canadá y Estados Unidos, así como varios de otros países. En total, se incluyeron en el estudio 375.600 casos confirmados de COVID-19. Sin embargo, China, Irán, Italia y Corea del Sur no fueron incluidos. China fue excluida porque el virus estaba disminuyendo en el momento del estudio. Irán e Italia fueron excluidos porque la enfermedad estaba en pleno brote en ese momento.

Para estimar el crecimiento de la enfermedad, los investigadores compararon el número de casos el 20 de marzo con los del 27 de marzo. Luego observaron cómo la latitud, la temperatura y la humedad afectaron el crecimiento epidémico. Además, examinaron cómo las medidas de salud pública durante el período de exposición del 7 al 13 de marzo, como el distanciamiento social, la restricción de grandes reuniones y el cierre de escuelas, influyeron en el crecimiento epidémico.

Cuando los investigadores analizaron los datos, encontraron poca o ninguna asociación entre el crecimiento epidémico y la latitud y temperatura. La humedad solo se asoció débilmente con una transmisión reducida de la enfermedad. Sin embargo, existía un fuerte vínculo entre la transmisión reducida de enfermedades y varias medidas de distanciamiento social, como el cierre de escuelas y la limitación de grandes reuniones.

De hecho, los datos de la investigación sugieren que la implementación de al menos dos de estas tres intervenciones podría reducir el crecimiento epidémico en un promedio del 30 por ciento, según los autores del estudio. “El mayor impulsor de la transmisión de enfermedades es nuestro comportamiento”, han explicado los científicos.

Mujer vestido

En opinión de los expertos, si bien son muchas las personas que están ansiosas por volver a la vida normal, las medidas a tomar por las autoridades han de ser inteligentes y creativas para evitar otro aumento de los casos.  Y añaden que el distanciamiento social debería perdurar al menos un año más. Poniendo el acento en lo que esté sucediendo con el coronavirus en un lugar en concreto sin tener que fijarse lo que se esté haciendo en otras geografías en ese mismo momento y sin caer en presiones públicas ni atendiendo a razones exclusivamente económicas.