Mantener el control de nuestra mente es una habilidad muy útil en situaciones como las que estamos viviendo, donde es fácil que la incertidumbre y el miedo puedan dominar nuestros pensamientos y condicionar en buena medida nuestro día a día. La meditación siempre se ha considerado una herramienta muy útil para alcanzar bienestar físico y emocional, pero un nuevo estudio pone el foco en el poder de esta técnica para ejercer control sobre nuestra mente y pensamientos.

El experimento ha sido llevado a cabo en la Universidad Carnegie Mellon con un BCI, que es un aparato que mediante un implante cerebral o un sensor permite a un individuo controlar una máquina o computadora directamente desde el cerebro. Existen otras formas de medición menos invasivas, como las lecturas del electroencefalograma (EEG), pero a diferencia del implante cerebral, no son tan rápidos y precisos a la hora de evaluar los datos y las variaciones.

Meditación en la naturaleza

El estudio

Los expertos que han intervenido en esta investigación, llevaron a cabo un estudio humano a gran escala mediante un curso semanal de 8 semanas sobre técnicas de meditación simples y ampliamente practicadas, para probar su efecto como una herramienta de entrenamiento potencial para el control de un BCI.

Un total de 76 personas participaron, de las que una grupo realizó el entrenamiento y otro no. Se realizaron hasta 10 sesiones de estudio con el BCI, en las que se pudo demostrar que las personas que realizaron tan solo ocho lecciones de atención y entrenamiento basados ​​en la atención plena tuvieron ventajas significativas en comparación con aquellos sin entrenamiento previo en meditación, tanto en su capacidad inicial para controlar BCI como en el tiempo que les llevó alcanzar la plena competencia para lograrlo por completo.

Una vez completaron el curso de formación en meditación, tanto las personas que lo realizaron como las que no tuvieron que aprender a controlar un sistema BCI simple navegando con un cursor por una pantalla de ordenador mediante el pensamiento. Para hacerlo, tenían que controlar el enfoque y visualizar el movimiento del cursor dentro de su cabeza. Durante el transcurso del proceso, los expertos registraron toda la actividad cerebral.

Los que habían realizado el curso de meditación, tenían más éxito en el control del BCI, tanto inicialmente como con el tiempo: demostró una capacidad significativamente mejor para modular su ritmo alfa, el patrón de actividad monitoreado por el sistema BCI para controlar mentalmente el movimiento de un cursor del ordenador.

Hombre meditando

Según los investigadores que han participado en el estudio, la meditación se ha practicado ampliamente por diversos sectores de la sociedad y se habían demostrado muchos beneficios al respecto, pero el hecho de que tenga esta capacidad para mejorar el control mental y que pueda facilitar el uso generalizado de la tecnología de interfaz cerebro-computadora no invasiva, es sin duda un hallazgo importante.