Son el colectivo más vulnerable de la sociedad y también uno de los más castigados por la pandemia. El coronavirus se ha colado en las residencias de ancianos catalanas y ya se ha llevado más de medio millar de vidas. La mayor parte, en Barcelona, que es la ciudad que concentra más geriátricos de Catalunya. Ada Colau ha cifrado hoy en entre 700 y 750 las personas posiblemente afectadas por Covid-19 en estos centros. Un dato mucho más elevado que el cálculo que tiene a la Generalitat.

La alcaldesa ha insistido en que hace falta un plan de choque para afrontar la situación, justamente el mismo día que el gobierno catalán ha autorizado a las familias a llevarse a casa a sus abuelos sin perder la plaza, siempre que no estén contagiados ni con síntomas, para evitar que enfermen. Desde el Ayuntamiento de Barcelona alertan que en el cómputo oficial sólo se cuentan los casos a los que se ha podido hacer el test de coronavirus, que son una proporción muy escasa en relación a los que presentan sintomatología.

El consistorio se ha puesto en contacto con todas las residencias de la ciudad y estima que podrían haberse infectado unas 750 personas. Dicho de otra manera, el balance del equipo de Colau es que el 70% de los geriátricos barceloneses tienen algún caso de coronavirus, es decir que habría unos 270 centros afectados ahora mismo.

Colau lamenta que a pesar de los esfuerzos de la Generalitat, el trabajo que se está haciendo "es insuficiente", porque hasta ahora se han trasladado sólo 120 abuelos para aislarlos cuando desde el ayuntamiento tienen 750 contabilizados. Según ha explicado la alcaldesa, los bomberos de la ciudad han intensificado las tareas de desinfección de las residencias y ya han actuado en una treintena.

En la misma comparecencia la ha acompañado el máximo responsable de la Guardia Urbana, que ha anunciado que desde que entró en vigor el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, los agentes del cuerpo han puesto 17.421 denuncias a vecinos que se han saltado el confinamiento. En todos los casos, ha dicho, se trataba de "traslados absolutamente injustificados", como ir a hacer deporte o a visitar a unos amigos en casa. La mayoría eran gente joven.