¿Quién dijo que se necesita un gimnasio para lucir un cuerpo fuerte y definido? Cuerdas, un par de pesas, unas barras improvisadas y, sobre todo, mucha motivación. Con eso es más que suficiente para practicar el crossfit desde casa o en cualquier lugar y ponerse en forma en tiempo récord. 

Si nos remontamos a los orígenes de esta práctica tenemos que viajar hasta finales de la década de los 70, cuando Greg Glassman creó un entrenamiento de alta intensidad pensado para entrenar a bomberos, militares y cuerpos de Seguridad. Bastaron unos pocos años para que esta disciplina sumara miles de adeptos de todos los rincones, edades, niveles y condiciones físicas. 

Es tal su éxito que hoy en día ya hay un centro de crossfit en todas las ciudades, e incluso las clases dirigidas se han convertido en una opción que ofrecen algunas empresas a sus trabajadores para liberar tensiones y ponerse en forma. Sin ir más lejos, Martina Klein, María Casado o Jessica Biel son algunas de las celebridades que se han unido a la moda de esta disciplina. “El crossfit ha entrado a formar parte de mi rutina de entrenamiento”, aseguraba la primera en una entrevista.

Y la verdad es que no es de extrañar: aparte de la innegable mejoría de la salud física que aporta esta disciplina, la lista de sus beneficios para la mente tampoco se queda corta.

Ejercicios funcionales para mantenerse tonificado

Comencemos por lo básico: ¿qué es el crossift? Para empezar, conviene saber que engloba una larga lista de ejercicios, combinando la halterofilia (levantamiento de peso), el atletismo y la gimnasia. En resumen, más allá de levantar ruedas y hacer sentadillas (que también) este entrenamiento consiste en una serie de ejercicios funcionales que ayudan a mejorar el equilibrio y la resistencia, a mantenerse tonificados y a obtener mayor elasticidad y flexibilidad, psicomotricidad y agilidad. 

En cuanto a la salud física, sus principales beneficios incluyen la mejoría de la coordinación inter e intramuscular, la pérdida de grasa y la resistencia cardiorrespiratoria.

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Mujer haciendo ejercicio de crossfit con cuerdas

Liberación de serotonina

A nivel mental, por otro lado, la lista de beneficios tampoco se queda corta. En primer lugar, se trata de un entrenamiento que facilita que nos queramos más: vernos capaces de superar nuestros propios retos y límites y mejorar día tras día aporta un chute de energía que se traduce en una mayor dosis de amor propio.

“Esto me parecía imposible hace 7 meses cuando empecé a hacer crossfit… Meses de mucho trabajo, de aprendizaje, de superación, de risas, de buenos amigos…”, explicaba María Casado en una publicación de Instagram.

Además, durante el proceso se liberan endorfinas, serotonina y dopamina, lo que provoca más felicidad y menos ansiedad y preocupaciones. Asimismo, la estimulación de la neurogénesis en el hipocampo mejora, por lo que se retrasa el envejecimiento de las neuronas.

Ejercicios moderados

En definitiva, las diferentes combinaciones de distintos tipos de ejercicios y rutinas permiten no solo ejercitar el cuerpo, sino también la mente. 

Aun así, es importante tener en cuenta que se trata de rutinas de alta intensidad que, en algunas ocasiones y en los niveles avanzados, buscan llevar el cuerpo al límite. Es por eso por lo que los ejercicios deben hacerse bajo las indicaciones de un entrenador o entrenadora experto, sobre todo al empezar. 

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Hombre y mujer practicando crossfit

Y es que, si bien sus efectos positivos son muchos, lo cierto es que estos entrenamientos hacen que la presión arterial y la frecuencia cardíaca aumenten y superen el 70%, la esperada para gozar de una condición física aeróbica. Si se quiere hacer crossfit, estos niveles requieren de una buena salud cardiovascular, al igual que de una buena condición física. Es por eso por lo que se recomienda empezar con ejercicios moderados e ir aumentando la intensidad paulatinamente.