El efecto llamada que han originado las decisiones de algunos gobiernos y los informes como el de la Agencia Europea del Medicamento, EMA, que aceptan una relación entre trombos y la vacuna de AstraZeneca en algunos casos concretos, ha provocado el recelo de esta para una parte de la ciudadanía. El último ejemplo lo encontramos en Francia, en concreto en Niza. Este domingo, el centro de vacunación masivo que se había preparado ha cerrado sus puertas por falta de asistencia de los llamados a inocularse con la primera dosis.

Sólo 58 personas han dicho sí a recibirla, se esperaban 5.000, la cifra total de dosis que habían estimado para este fin de semana e iba dirigido al personal más expuesto mayor de 55 años, como profesores o policías. No hubo que hacer una jornada maratonianana y ayer al mediodía ya habían vacunado todos los que habían confirmado: "Sólo teníamos 58 personas que se presentaron esta mañana a 4.000 dosis de vacuna disponibles", dijo Benoit Huber, jefe de gabinete del prefecto de los Alpes Marítimos, según informa el diario Le Parisien.

En Francia, anunciaron que aquellos que esperan recibir la segunda dosis de AstraZeneca se les cambiará por una de Pfizer o Moderna y también suspendió su distribución en primera dosis durante unos días. Los franceses fueron los primeros en tomar eta decisión que tan sólo han aplicado a los menores de 55 años y afecta a 600.000 franceses.

El ministro de Salud, Olivier Veran declaró que era la respuesta "más lógica" siguiendo los criterios de edad recomendados para inocular con AstraZeneca: "Es coherente. Si habéis recibido una primera inyección y tenéis menos de 55 años, recibiréis otra de ARN mensajero". Y tranquilizó a los franceses interesados asegurando que tendrán "su dosis a tiempo".

En paralelo, esta semana pasada, Dinamarca confirmó que retiraba de forma indefinida la distribución de esta vacuna y se ha convertido en el primer país europeo que no la subministrará.

En el caso de Niza, también se tienen que sumar otras variables para entender el fracaso. La campaña de vacunación del presidente Emmanuel Macron ha sido de las más flojas y empezó más tarde que el resto de países. 

La decisión de vacunar con AstraZeneca en primera dosis en este grupo de población en Niza se tomó el jueves pasado y, por lo tanto, no se ha comunicado con un margen suficiente de tiempo. Aunque las autoridades sanitarias también admiten que muchos de los que la tenían que recibir, cuando supieron que era AstraZeneca, anularon su cita.

Foto de portada: espacio habilitado en Francia para vacunar de forma masiva con AstraZeneca