Cansancio, somnolencia durante el día, falta de energía, alteraciones de sueño, irritabilidad, problemas de concentración, desmotivación, pérdida del apetito… Si con la llegada de la primavera ves que presentas algunos de estos síntomas es posible que tengas la llamada astenia primaveral.
Esta se debe especialmente a la coincidencia de una serie de factores ambientales: el cambio de tiempo, la subida de temperaturas, el cambio horario, la modificación de la rutina diaria, la presión atmosférica y el aumento del tiempo de ocio. Aún así, lo más importante es que todo esto provoca una serie de mecanismos que alteran la regulación de los ritmos circadianos, es decir, de las variables biológicas en determinados intervalos de tiempo. Altera por ejemplo la tasa metabólica, debido a un cambio en la secreción de algunas hormonas como las endorfinas, el cortisol o la melatonina. Estas alteraciones son las que después ocasionan alteraciones en los ritmos biológicos, que son los que deberán adaptarse a las nuevas condiciones ambientales.
¿Cómo combatir la astenia primaveral?
En primer lugar, debes tener claro que no hay un tratamiento específico para minimizar los síntomas de la astenia primaveral. Sin embargo, existen una serie de medidas con las que podrás acelerar el proceso de adaptación de tu organismo. Estos son los siete puntos clave que te recomendamos seguir:
Buena alimentación y correcta hidratación
Debemos adaptarnos a las necesidades que las nuevas condiciones ambientales generan en nuestro organismo, por lo que necesitamos menos alimentos hipercalóricos como el azúcar y sus derivados, la mermelada, la pastelería y bollería industrial... y mayor presencia de frutas y verduras frescas. Además, hay que saber que con la subida de temperaturas el cuerpo suda y necesita más líquidos.
Ejercicio físico
Hacer deporte de una manera moderada ayuda a acelerar el proceso de adaptación, provoca que liberemos el estrés acumulado y estabiliza la conciliación del sueño.
Mantener los intervalos del sueño y comida habituales
Seguir nuestra rutina de sueño y comida nos ayudará a anticiparnos al cambio de horario. La astenia afecta a la melatonina, hormona que induce al sueño y ocasiona las alteraciones relacionadas con él. Para evitarlo, se debe mantener el número de horas que acostumbramos a dormir. Es importante tener la habitación a una temperatura adecuada y bajar las persianas si hay luz.
¡Que no falte la positividad!
Ser positivo genera más positividad. Esto nos puede ayudar a sufrir menos los síntomas relacionados con el bienestar emocional.
¡No automedicarse!
Tomar vitaminas por decisión propia y no con receta médica nunca es buena idea. Si la dieta es la adecuada el organismo tendrá todas las vitaminas que necesita. El exceso de estas puede perjudicar la salud de nuestro organismo.
A cada uno nos sienta de manera distinta la entrada del buen tiempo. Que no cunda el pánico, ¡con paciencia todo se solucionará!