Alerta en Catalunya por el aumento de mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue, según la Associació Catalana d'Empreses de Salut Ambiental (ADEPAP). En una rueda de prensa de este martes, el vicepresidente y portavoz de la asociación, Andreu Garcia, ha advertido que este verano habrá más mosquitos porque las lluvias de la primavera han hecho incrementar el número, tanto de los comunes como de los tigre. El problema es que tal cosa también puede hacer crecer la transmisión de enfermedades tropicales como el dengue, el Zika, el chikungunya y la fiebre del Nilo Occidental.
🦟 Barcelona se rearma contra el mosquito tigre con trampas inteligentes
En este contexto, la recomendación es que los ayuntamientos adopten medidas preventivas —de hecho, lo tendrían que hacer desde el invierno— y que las autoridades sanitarias estén atentas a la aparición de brotes de enfermedades importadas pero que se pueden convertir en endémicas. Garcia ha confirmado que se han avanzado las actuaciones contra las plagas en general, y en particular las que tienen lugar contra los mosquitos, que este verano son la principal preocupación.
Del mosquito tigre al mosquito común
La cosa es que las temperaturas suaves del invierno, las lluvias abundantes de la primavera y la llegada repentina del calor han avanzado la eclosión de los huevos de los mosquitos, sobre todo en las zonas más cálidas del país. Tanto en el litoral como en el prelitoral, el mosquito tigre ya hace años que es endémico porque su propagación no ha podido ser impedida, por lo cual los esfuerzos se centran ahora en mantener bajo control la especie y evitar que aumente más la población. Pero también hay que prestar atención sobre el mosquito común, ya que puede transmitir enfermedades importadas como la del Nilo Occidental.
Los expertos en salud ambiental han avisado de que los mosquitos son transmisores de cada vez más enfermedades zoonóticas que hasta hace poco no eran presentes en Catalunya. En el caso del mosquito tigre, la realidad es que necesita muy poca agua para reproducirse y puede transmitir tanto el dengue como el Zika y el chikungunya, a través de la picadura a personas que tengan esta enfermedad procedente de otras latitudes. Tiene radio de acción de unos 200 metros desde donde pone los huevos, y el año pasado ya hubo un brote con ocho afectados en Vila-seca (Tarragonès). En cambio, el mosquito común tiene un radio de acción de un kilómetro, necesita más cantidad de agua para poner los huevos y puede transmitir la fiebre del Nilo Occidental. De hecho, en 2022 hubo dos casos en Reus de transmisión autóctona en humanos, y en el sur de la península se han detectado varios casos los últimos años, sobre todo en zonas rurales y en aves migratorias y caballos. Así, se considera autóctono de Andalucía.
Las otras plagas del verano
El problema no se acaba aquí, ya que los mosquitos no son la única plaga de la cual hay que preocuparse. Otras plagas de verano que cada año son más graves por la crisis climática son las cucarachas —especialmente, las americanas y las alemanas—, las chinches de cama, las termitas o las garrapatas. Respecto a las chinches de cama, hay que tener en cuenta que la llegada de turistas con los viajes internacionales contribuyen al aumento de esta plaga, que cada vez es más resistente a los insecticidas. La recomendación es que los viajeros inspeccionen los colchones donde duerman y que no dejen ni las bolsas ni las maletas bajo las camas. En casos graves, el tratamiento térmico puede ser costoso y puede obligar a las personas a dejar temporalmente su casa.
Los expertos en salud ambiental han recordado que las garrapatas también transmiten enfermedades, como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Concretamente, han expresado su preocupación con respecto a una especie en concreto: la Hyalomma lusitanicum, que puede transmitir también la fiebre botonosa y la enfermedad de Lyme. Se han detectado ejemplares sobre todo en torno a núcleos urbanos, pero todavía no se ha detectado ningún individuo portador. Pican sobre todo a conejos, perros, jabalíes y corzos. La mejor manera de prevenir sus ataques es ponerse roba adecuada, utilizar repelentes y transitar por caminos en vez de hacerlo por zonas con mucha vegetación espesa.
Un periodo cada vez más largo
En esta línea, la alta pluviometría de la primavera y la humedad han favorecido la proliferación de termitas aladas, que pueden comerse la madera. Y no hay que olvidar que ratas hay todo el año, ya que no dependen de la temperatura ambiental para proliferar. La ADEPAP ha alertado que el sistema de recogida de la basura orgánica puerta a puerta hace que las ratas proliferen más, porque los residuos alimentarios están más tiempo expuestos y a su alcance. Por descontado, también pueden transmitir enfermedades.
Garcia ha explicado que el periodo de prevención y control de plagas de verano cada vez es más largo. Si hace un tiempo era de seis meses, ahora es de siete, y ya se habla de alargarlo a ocho meses —de marzo a noviembre—. Es por eso que la asociación ha pedido a las instituciones y a la ciudadanía que adopten medidas preventivas, como activar antes y durante más tiempo los protocolos de control, y que confíen en profesionales especializados para combatir las plagas. El llamamiento tiene lugar pocos días antes de la conmemoración del Día Mundial del Control de Plagas (6 de junio).