La depresión es una enfermedad mental devastadora que causa un gran sufrimiento entre los sujetos afectados y sus familias, y tiene implicaciones en la vida de los afectados a diferentes niveles, entre ellos el emocional y el laboral. Es un trastorno relativamente común, especialmente entre las mujeres, que tiene una prevalencia que oscila entre el 10 y el 20% en la población general, aunque las cifras reales son más altas. Generalmente, su tratamiento implica la administración de fármacos y la terapia cognitivo-conductual.

Sin embargo, a pesar de la disponibilidad de diferentes enfoques terapéuticos, un porcentaje de pacientes con depresión responden mal a los tratamientos administrados, y una cantidad considerable de ellos sufre efectos secundarios no deseados. En los últimos años se han llevado a cabo estudios sobre otro tipo de intervenciones terapéuticas. Una de estas investigaciones, que ha sido desarrollada por científicos israelíes de la Universidad Ben Gurion, tiene que ver con la administración de oxígeno.

El metabolismo energético celular anormal debido a una deficiencia funcional en el suministro de oxígeno puede conducir a alteraciones en la función neuronal, la plasticidad y los circuitos cerebrales, lo que puede estar relacionado con la aparición de procesos de depresión.

La transferencia de oxígeno a los tejidos del cuerpo humano se lleva a cabo casi en su totalidad a través de una proteína, la hemoglobina en la sangre. Sólo una cantidad muy pequeña queda en el plasma. Por lo tanto, aumentar el contenido de oxígeno en el aire no aumenta significativamente la cantidad de oxígeno transportado a los tejidos, excepto en pacientes con trastornos respiratorios.

Oxígeno

Este hecho ha desalentado los estudios sobre los tratamientos con oxígeno para la depresión, así como otros trastornos neurológicos. Este grupo de expertos ha analizado cómo el aumento de la presión de la porción de oxígeno disuelto en el plasma afecta al oxígeno en las células. Para llevar a cabo el estudio, han analizado el efecto del tratamiento con oxígeno normobárico (35% O2) en pacientes con depresión.

Se realizó un seguimiento a 55 personas con depresión leve a moderada entre 2014 y 2019, los cuales recibieron el tratamiento con oxígeno bien con aire enriquecido o con aire ambiental (21% O2)  durante un mes o aire ambiente durante 1 mes.

Los resultados muestran los efectos positivos de la oxigenoterapia sobre los síntomas de depresión con tan sólo un mes de tratamiento. Y creen que se puede lograr una mejora más significativa si el tratamiento se administrara durante un período de tiempo más largo.

El estudio también muestra que el tratamiento con oxígeno nocturno (10 h por noche) se asoció con mejores resultados de seguridad en comparación con el tratamiento con oxígeno continuo (24 h por día).