El Gobierno cuenta con un avalista de peso para reformar los delitos de rebelión y sedición: José Luis Rodríguez Zapatero. Una vez más, el expresidente español ha salido para defender la salida dialogada del conflicto catalán, y que en su caso también pasa por la reforma del Código Penal. "Conviene hacerlo" para desinflamar la situación, ha llegado a decir el exdirigente socialista, que ha dicho que estos tipos penales "vienen de otra época" y necesitan una actualización. Consciente de que rebajaría la pena de los presos, lo ha defendido.

En este sentido, en relación a las rebajas de penas que implicaría, Zapatero ha sostenido que ayudaría a desinflamar: "Cualquiera que conozca los limites de un conflicto en donde están implicados temas relacionados con el Código Penal con penas de años sabe que eso influye, sin duda alguna".

En una entrevista este viernes por la mañana en la Cadena SER, Zapatero ha hablado sin ambages: "No tengo ningún pudor en decir que la política criminal, la política penal, la política legislativa están también para contribuir en la medida en que pueda, respetando el ordenamiento constitucional y los fundamentos del Estado de derecho, en lo que supone la crisis más grave que hemos tenido en los últimos 20 años de nuestra democracia, que es el conflicto de Catalunya".

El expresidente del Gobierno ha defendido que "el Código Penal exige una reforma", e incluso que habría que tocar alguna cosa de su texto cada legislatura. "En el tema que nos ocupa, es evidente que cuando uno lee y relee unos artículos que ciertamente nunca pensó que se tendrían que aplicar en democracia, se da cuenta de que chocan", ha asegurado. "Vienen de donde vienen, de otra época, como la rebelión, la sedición, etcétera," ha remachado.

Esta semana, el Gobierno ha abierto el melón de la reforma del Código Penal, una reforma amplia que incluiría el endurecimiento de la rebelión y la rebaja de la sedición. Eso beneficiaría a los presos políticos, que podrían pedir una revisión de condena con carácter retroactivo. No han tardado en saltar los barones críticos, como el castellanomanchego Emiliano García-Page, que ha advertido que "aguar el delito de sedición es invitar a hacerlo cada fin de semana".