Pablo Iglesias citaba a Karl Kautsky en su cuenta de Twitter cuando, la semana pasada, se publicó que quien fue vicepresidente del Gobierno abriría un bar en Madrid: "Las tabernas son el último bastión de la libertad del proletariado". Este martes, ElNacional.cat ha estado presente en el levantamiento de persiana del local, a las doce del mediodía. La Taberna Garibaldi no ha abierto las puertas al público hasta la una del mediodía. Pero el poeta Sebastián Fiorilli, uno de los tres socios del bar (junto con el fundador de Podemos), nos ha dejado entrar cinco minutos. Nos ha explicado que no temen por la seguridad, que ya tienen mesas reservadas hasta el mes de junio, y que a Pablo Iglesias se le podrá ver en el local dos veces por semana.

¿Pero estará sirviendo copas? El lunes, durante los preparativos para abrir este martes, el exvicepresidente español contestaba al teléfono del local, anotaba reservas y limpiaba cubiertos. Reconocía estar "nervioso", en un vídeo publicado en las redes sociales. Fiorilli nos explica que, en principio, no será habitual ver a Iglesias sirviendo cañas, aunque algunos días sí. Preguntado por si no les preocupa tener al fundador de Podemos tan expuesto, el poeta asegura que no les preocupa tener ningún problema de seguridad, porque "él ya no está metido en política", y "confiamos en que aquí todo el mundo venga a cenar bien y pasarlo bien". "Aquí la gente vendrá a encontrar música de cantautor, presentaciones de libros y gastronomía italiana", nos explica.

Al lado de la barra hay colgada una bandera palestina. Y en las otras paredes del bar hay pósteres de referentes de la izquierda española y europea. Hay colgadas, por ejemplo, dos fotografías de Raffaella Carrà y de Pepa Flores (Marisol) con el lema "Vota Comunista". Fiorilli nos ha explicado durante la visita que cada día el local cerrará haciendo sonar el Bella Ciao. La idea de abrir este bar, nos explica también, nació justo antes de las vacaciones de Navidad.

 

Sorprende que uno de los socios de este local ponga en duda que la Taberna Garibaldi pasará a ser a partir de ahora meca de muchos ciudadanos que quieran ejercer la protesta política. Este lunes ya se produjo un incidente que, en principio, lo desmiente. 24 horas antes que el bar abriera sus puertas, un grupo de anarquistas hizo pintadas en la fachada del local pidiendo la retirada de un cóctel dedicado a José Buenaventura Durruti, referente del anarquismo español. "Exbicepresidente, exigimos la retirada inmediata del cóctel Durruti Dry Martini o el proletariado anarquista pasará a la acción"

La Taberna Garibaldi, en el madrileño barrio de Lavapiés

El bar de Pablo Iglesias se encuentra en el centro de Madrid, a solo diez minutos de la Puerta del Sol y de la Plaza Mayor. Se encuentra, concretamente, en el número ocho de la madrileña calle de Ave María, en Lavapiés. Este barrio es, si se hace una comparación con Barcelona, el Raval de la capital española: centro histórico, calles estrechas, turistas, inmigración, cultura, droga... algunas de sus calles pasan a ser hostiles cuando se hace oscuro, pero no tanto como en Ciutat Vella, en la capital catalana; todo sea dicho. Es de las pocas zonas de la ciudad donde el PP todavía no consigue ganar cuando hay elecciones.

No es una aventura en solitario

Pablo Iglesias no ha decidido embarcarse solo en esta aventura. Son socios de este proyecto el poeta Sebastián Fiorilli y el cantautor Carlos Ávila. Eso explica, en parte, por qué el local no se limitará únicamente a servir bebidas y comida, sino que contará también con una programación cultural en la que se harán conciertos, así como presentaciones de libros, entre otros.