El excomisario José Manuel Villarejo ha declarado esta mañana en la Audiencia Nacional por la pieza número 28 del caso Tándem, en la cual se investiga el papel que este pudo tener en los registros que se materializaron en febrero de 2013 en las sedes de Barcelona y Madrid de la agencia de detectives Método 3. Villarejo ha declarado ante el juez Manuel García Castellón que él no tuvo nada que ver con la filtración de la conversación grabada entre Alícia Sánchez-Camacho y Victoria Álvarez, expareja de Jordi Pujol Ferrusola. Esta grabación tuvo lugar en julio de 2010 en el restaurante La Camarga. Según el excomisario, fue Francisco Marco, quien era director de Método 3, el que filtró este audio. Concretamente, ha afirmado que las grabaciones "las filtró el mismo Francisco Marco porque estaba muy mal económicamente" y ha señalado que los Pujol le dijeron a Marco que de esta manera lo que hacían era "quitar presión política".

Este mismo miércoles, en el marco de esta pieza, ha declarado Marco, que ha defendido que el excomisario José Manuel Villarejo habría fabricado pruebas que causaron los registros a la agencia de detectives el año 2013. Según el exdirector de la extinta agencia, Villarejo habría tenido como objetivo aprovechar estos registros para "sustraer la información confidencial" que había en estas sedes. Por su parte, la expolicía ha negado que fuera él quien estuviera detrás de esta operación. Villarejo ha sostenido que fue Marcelino Martín Blas, que en aquella época era el responsable de Asuntos Internos, quien ordenó estos registros y que daba explicaciones del operativo a Eugenio Pino, el entonces director adjunto operativo de la policía española.

Villarejo reitera que recibía instrucciones de Jorge Fernández Díaz en la Operación Catalunya

Aunque la pieza 27 no está relacionada con la Operación Catalunya —conspiración policial orquestada desde el Ministerio del Interior para combatir el independentismo, presuntamente, a través del espionaje, fabricación de pruebas falsas o incluso irregularidades en los informes—, José Manuel Villarejo ha replicado e insistido en el hecho de que "es evidente" que recibía instrucciones "desde el ministro", que en aquel momento era Jorge Fernández Díaz. En esta línea, la expolicía ha defendido que "lo volvería a hacer mil veces porque era un problema que afectaba a la unidad de España" y ha dejado claro que no se arrepiente de haber participado en este operativo.

En declaraciones a los medios de comunicación después de su comparecencia, el excomisario Villarejo ha hecho referencia a los audios que, en los últimos días, han publicado los medios de comunicación. Algunos de ellos, por ejemplo, revelan que la policía patriótica intentó deshacer pruebas de las investigaciones que habían realizado a jueces partidarios de la consulta del 9 de noviembre de 2014. José Manuel Villarejo ha avisado de que se puede esperar "cualquier cosa" y se ha sacudido las culpas: "¿Yo hacía un monólogo en las grabaciones? Había muchas personas en estas conversaciones. ¿Dónde están los responsables, dónde están los del PSOE?", ha indicado.

De los audios en reuniones con Corinna Larsen, quien fue amante del rey emérito Juan Carlos I, Villarejo se ha limitado a asegurar que eso se lo ordenó el CNI y que intentó "impedir" que estas grabaciones fueran públicas. Además, ha subrayado que, cuando lo detuvieron el año 2017 y Asuntos Internos se quedó sus archivos, pidió que fuera el Centro Nacional de Inteligencia el organismo que se quedara este material. Villarejo asegura que Félix Sanz Roldán, que entonces era el máximo responsable de los servicios secretos españoles, dijo que en estos documentos "no había nada importante", pero que acabó decidiendo hacerlo público". El excomisario también se considera "víctima de una causa general" de un entorno "mediático, jurídico y político". "Es una causa absolutamente absurda donde la justicia la están utilizando unos y otros y yo soy la moneda de cambio de unos y otros", sostiene José Manuel Villarejo.