Encontrar el equilibrio entre manifestar su rechazo a la actitud de Junts sin pasarse de frenazo para no hacer saltar por los aires una futura alianza no ha sido fácil para Esquerra Republicana. Finalmente, los republicanos han optado por reservar para el candidato, Pere Aragonès, la cara amable y dejar que fuera la portavoz, Marta Vilalta, quien se arremangara para picar la cresta en los de Puigdemont. "Sinceramente, quien no quiere un acuerdo, busca excusas y quien lo quiere, como nosotros, busca soluciones y hace propuestas", ha resaltado.

La de Vilalta ha sido la última intervención de una jornada maratoniana, casi 12 horas de un debate de investidura que no servirá para proclamar al nuevo presidente de la Generalitat. Lo impedirá la abstención de los 32 diputados de Junts per Catalunya. Una posición que, según ERC es "incomprensible" y "partidista" porque no detectan "diferencias insalvables para que no haya acuerdo". Los junteros no lo ven así, e incluso han sugerido a Aragonès que renuncie a la segunda vuelta de la investidura para evitar volver a fracasar en el intento.

 

Los precedentes de Mas, Puigdemont y Torra

La petición de Junts, que ha verbalizado Albert Batet, ha cogido por sorpresa ERC. Vilalta ha lamentado el bloqueo que comporta la abstención de hoy y ha situado la formación que preside Puigdemont fuera de la piña independentista, poniendo de manifiesto que con la CUP sí que han podido cerrar una alianza. "Queda demostrado que llegar a acuerdos era posible", ha dicho, añadiendo que "la unidad no se predica, se practica".

Es por eso que ha pedido "superar a las viejas miradas de reojo" y trabajar por el consenso estratégico. Con la mirada puesta en la segunda votación del martes, Vilalta ha instado a Junts a trabajar estos tres días para "hacerlo posible". "No se abstengan hacer el trabajo" porque, ha advertido, "la gente está harta de discusiones barrocas".

Lo ha rematado Aragonès, tomando la palabra por última vez, hoy. El candidato a ser el 132.º president de la Generalitat ha reprochado a Junts que cuando ha estado en la inversa, ERC siempre ha estado para investir a un president suyo. Lo ha hecho, desde 2012, con Mas, Puigdemont y Torra.

En la imagen principal, Aragonès y Vilalta en los pasillos del Parlament. / Sergi Alcàzar