Dice la tradición popular que en la vida todo vuelve. Haciendo honor al dicho, los huérfanos de Convergència y Unió están inmersos en un proceso de reunificación para reconstruir una opción política que represente al "catalanismo moderado de centro". Los contactos entre la amalgama de partidos y plataformas de este espacio se ha intensificado y hay dos que, según explican, ven que el acuerdo es viable. Ramon Espadaler, líder de Units per Avançar, ha anunciado este jueves que "las conversaciones con El País de Demà y su entorno progresan adecuadamente". Se refiere al colectivo que integran los sectores críticos del PDeCAT -Pascal, Campuzano, Recoder, Xuclà, Vila-, que se conjuraron en Poblet a finales de 2019.

El anuncio de adelanto electoral de Quim Torra ha hecho apretar el acelerador a todas estas organizaciones. Este mismo fin de semana, El País de Demà se reunirá en asamblea para decidir definitivamente si da o no el paso de presentarse a las próximas elecciones catalanas. Así lo defienden buena parte de sus miembros, que siguen apostando por el derecho a decidir pero reniegan abiertamente de la unilateralidad y la estrategia seguida durando los últimos años por el independentismo. Además, plantean un programa económico anclado en el centro derecha.

A las puertas de esta cita, Units per Avançar ha subrayado en un acto público la necesidad de "presentar una oferta catalanista integradora para que después de las elecciones haya un gobierno de calidad que hable, actúe y gestione para toda Catalunya y no sólo para una mitad". Desde 2017, Units -el partido heredero de Unió Democràtica- mantiene una alianza electoral con el PSC, gracias a la cual Ramon Espadaler -exconseller de Interior de Mas- es diputado en el Parlament. A pesar de la distancia ideológica -sirva como ejemplo la oposición de Units al matrimonio homosexual- ambos partidos priorizaron el nexo en la cuestión nacional: no al referéndum unilateral, pero sin las estridencias de PP y Cs.

Para evitar conflictos, el pacto ya preveía que pudieran votar diferente cuando no estuvieran de acuerdo. Y así lo han hecho en votaciones como el apoyo a las escuelas concertadas o la eutanasia. La coalición se repitió después en algunos municipios catalanes, el más importante, Barcelona, donde la principal cara visible es el teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, que gobierna de la mano de Ada Colau. Units destaca que la convivencia con los socialistas es buena y describen la experiencia como positiva. Ahora bien, son conscientes de que los de Miquel Iceta no son su aliado natural. De hecho, el reciente pacto de gobierno entre los socialistas y Podemos en el gobierno de España certifica la distancia.

¿Y la Lliga?

Durante su intervención en un encuentro de partido en Sarrià, Espadaler ha defendido que hay que crear una nueva oferta electoral sólida que sea "alternativa a la deriva del actual Govern de la Generalitat hacia posiciones de la izquierda más dogmática". Con todo, el secretario general de Units ha puntualizado que no da por roto el acuerdo con el PSC y ha dejado claro que pase lo que pase serán "leales" a los compromisos que mantienen tanto en el Parlament como en los ayuntamientos.

En el mapa del centro derecha moderado catalán hay todavía otro actor a tener en cuenta. Se trata de la dupla de la Lliga y Lliures. Ambos partidos se fusionarán oficialmente dentro de dos semanas. Sus dirigentes, el ex de Sociedad Civil Catalana Josep Ramon Bosch, la politóloga Àstrid Barrio y el exconseller convergente Antoni Fernández Teixidó, apuestan también por una gran alianza. Ahora bien, aunque abrazan la posibilidad de incorporar a independentistas moderados, sitúan el debate sobre el derecho a decidir fuera de su foco.

Según sus propios cálculos, este espacio del centro moderado podría aspirar a unos 300.000 votos en unas elecciones en el Parlament. Ete resultado equivaldría a unos 7-8 escaños.