La hipótesis de salida es que hay un espacio electoral que Artur Mas dejó huérfano con el golpe de timón hacia la independencia. Arraigados a esta premisa, todo uno amalgama de movimientos políticos y sociales trabajan desde hace meses para construir una candidatura de "centro liberal" que seduzca tanto a defensores como combatientes del procés que hayan decidido reconvertirse, superar aquella etapa y apostar por la era post-referéndum. Uno de los pasos clave de esta recomposición llegará el mes que viene, con la fusión de dos de los principales actores de este espacio, la Lliga y Lliures.

Astrid Barrio Antoni Fernández Teixido liga libres convergentes - Sergi Alcazar

El escenario de esta confluencia será el Congreso de Unidad Catalanista, que han convocado para el próximo 27 de marzo. Dirigentes de ambas formaciones confirman a ElNacional.cat su voluntad de materializar la integración hacia "un gran partido transversal catalanista" que aspira a incorporar otras fuerzas como Units per Avançar, Convergents, El País de Demà -conocido como el colectivo de Poblet de Pascal y compañía-, así como exlíderes históricos del PP catalán como Santi Fisas, Montserrat Nebrera o Ricard Fernández Diez. Salvo los de Poblet, todos ellos celebraron una primera reunión pública en septiembre, impulsada por la Lliga, el partido que comandan el expresidente de Sociedad Civil Catalana Josep Ramon Bosch y la politóloga Àstrid Barrio.

Desde entonces los contactos se han ido sucediendo. La fusión de la Lliga con Lliures -que lidera el exconseller convergente Antoni Fernández Teixidó- será la primera piedra de lo que ellos mismos bautizan como "el espacio de la reconciliación". A partir de ahí el trabajo de Boshc, Barrio, Teixidó y compañía será convencer y acoger al resto de organizaciones de "la tercera vía" en una sola plataforma, en una sola estructura, para evitar un fraccionamiento del espacio que les debilita de cara a unas elecciones.

Poblet, el hueso más duro de roer

El hueso más duro de roer es Poblet. Es decir, los críticos del PDeCAT -Pascal, Campuzano, Xuclà, Recoder, Vila- que abogan por un "independentismo light". Àstrid Barrio confiesa a este diario que a lo largo de las conversaciones mantenidas no han encontrado en este espacio "la acogida" que esperaban. Les aleja el punto donde ponen el foco. Mientras El País de Demà sigue insistiendo en el referéndum como la solución, la Liga aspira a "pasar página" y dejar atrás este debate.

En cambio, según Barrio, han detectado más sintonía con Convergents, el partido que fundó al exconseller de CDC Germà Gordó y a quien los intentos de presentarse en solitario no le han resultado fructíferos.

Espadaler y el PSC

Una de las piezas importantes en este puzzle es Units per Avançar, que como Lliures nació de la ruptura de Convergència y Unió en año 2015. Con Ramon Espadaler al frente y después de dos experiencias fallidas probando suerte en solitario, en 2017 optaron por presentarse en coalición con el PSC, una operación con que alcanzaron un escaño en el Parlament y presencia en una treintena de ayuntamientos.

Este sábado el partido celebra su Consejo Nacional, durante el cual debatirá qué alianza les puede ser más conveniente de cara a las próximas elecciones. Han mantenido varios contactos con la Lliga y ven con simpatía la reorganización del centro catalanista. La apuesta de 2017 de aparejarse con los socialistas fue fruto de la emergencia del momento, tras la Declaración de Independencia y el 155. Ahora que la sensación de agotamiento del independentismo parece más extendida, toma fuerza la posibilidad buscar una alternativa que les encaje más con su ideología de centro-derecha catalanista.

¿Y con el PSC? ¿Es probable una alianza? El día que se consolidó como líder indiscutible de los socialistas catalanes, Miquel Iceta anunció que iniciaría una ronda de contactos con las organizaciones de centro moderado para explorar posibles colaboraciones. Las conversaciones han existido, apuntan fuentes próximas, pero en ningún momento ha habido ninguna oferta formal, aunque "las relaciones personales son buenas".

Desde la Lliga señalan que "en condiciones normales -donde el debate no lo centre el procés-" su "principal rival en las urnas sería el PSC". "Somos el centro liberal", recuerda Barrio.

300.000 votos huérfanos: ¿realidad o mito?

Los actores que impulsan la reordenación del centro catalanista calculan que hay 300.000 votos huérfanos, una cifra que podría exactamente equivaler a unos 7 o 8 escaños en el Parlament. Para hacernos una idea, actualmente los comunes tienen 8 diputados con 326.000 votos.

Ahora bien, vale la pena recordar que desde la extinción de CiU y hasta ahora, los intentos de representar este sector han sido diversos y todos han acabado siendo fallidos. Poco después de la separación de CDC, Unió pensó que contaba con bastante apoyo electoral como para hacer un buen papel en las elecciones del 27-S. Con Ramon Espadaler como cabeza de cartel, los democristianos recogieron 103.293 votos, insuficientes para obtener representación en la cámara catalana.

A pesar del revolcón, tres meses después, Duran i Lleida se presentó a las elecciones generales de diciembre de 2015. Él también quedó fuera del Congreso, con 65.388 votos, es decir, empeorando los números de Espadaler.

La última experiencia, la más reciente, ha sido todavía más discreta. El partido que encabeza Germà Gordó, Convergents, decidió presentarse a las últimas elecciones españolas, las del 28-A. Con Sílvia Requena como cabeza de lista acumularon 2.406 votos.