La mayoría parlamentaria independentista ha escenificado, en tan sólo dos días, su fractura más profunda. La primera escena fue la decisión del presidente Roger Torrent de aplazar el debate de investidura de este martes, acompañada de toda una serie de reproches y la formación de dos bandos. La segunda escena ha tenido lugar al día siguiente, con la filtración este miércoles de unos mensajes privados de Carles Puigdemont a Toni Comín, donde el president le dice al conseller que los suyos le han "sacrificado". Ante esta representación, el unionismo no ha desperdiciado la ocasión para poner el dedo en la llaga.

Sin ni siquiera haber leído el contenido de los mensajes publicados por el programa de Ana Rosa (así lo ha avanzado ella), Inés Arrimadas ha instado a los dirigentes independentistas a "reconocer en público lo que muchos dicen en privado". Lo ha hecho tan solo llegar al Parlament este miércoles por la mañana, en declaraciones a los periodistas, a los que ha dicho que no sabe si esto acabará con alguien, pero ha asegurado que "desde hace mucho tiempo" el procés está "muerto". Según la líder de Ciutadans, con estos mensajes filtrados también se demuestra que el procés es una "farsa".

En la misma línea, Xavier Garcia Albiol lo ha descrito como un "ataque de sinceridad desde la sinceridad" y le ha pedido que renuncie a su acta de diputado "para no seguir haciendo el ridículo". También ha vuelto a exigir a Roger Torrent que vuelva a convocar una ronda de consultas con los representantes de los grupos para buscar un candidato a la investidura alternativo. En su estilo habitual, ha felicitado al presidente español Mariano Rajoy por haber decapitado el procés: "El plan que tenía el gobierno de España para desmontar el procés es un plan que ha triunfado, en palabras del mismo Puigdemont". Ha hurgado en la herida abierta, hablando de "ajustes de cuentas" de los partidos independentistas.

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En un tono pretendidamente más conciliador, Miquel Iceta ha querido dejar claro que es "comprensible" el estado de ánimo de Puigdemont porque "antes que políticos somos personas". No obstante, este episodio ha servido para que el primer secretario del PSC se reafirme en la idea de que hay que buscar a un candidato alternativo, que el candidato a la investidura no puede ser él. "Con la boca pequeña o al oído", ha dicho Iceta, también hay dirigentes independentistas que defienden que se tiene que buscar una investidura alternativa.

Tras las cámaras y fuera de los micrófonos, sin embargo, los dirigentes unionistas son más prudentes a la hora de vaticinar escenarios, matar procesos de independencia y decapitar dirigentes políticos. Son conscientes de que, a pesar de la estocada que ha supuesto el aplazamiento de la investidura y los mensajes Puigdemont-Comín, el candidato a la investidura todavía no se dará por vencido. La esperanza constitucionalista pasa por que la herida abierta entre los partidos independentistas no acabe de cicatrizar en los dos meses que llevarían a unas nuevas elecciones automáticas.