El major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, ha explicado a la jueza Carmen Lamela que se reunió dos veces, el mes de septiembre, con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Joaquim Forn y les dijo que los Mossos no formaban parte de ningún "plan político", que les mantuvieran al margen, según han explicado fuentes judiciales.

A raíz de estas reuniones y de cómo se posicionó el cuerpo policial catalán, la defensa pidió el 18 de enero una serie de declaraciones como testigos que incluyen a los mandos que estaban en estas reuniones y al mismo president Carles Puigdemont, el vicepresident Oriol Junqueras y el conseller de Interior Joaquim Forn. A esta petición de nuevas declaraciones, que ha trascendido hoy, la fiscalía se opuso y la jueza lo acabó desestimando. Lamela alegó que no podía citar testigos imputados en otro tribunal y dice que no dio importancia a este escrito.

Trapero ha explicado que en estas dos reuniones, donde también asisten los comisarios Ferran López, Joan Carles Molinero, Manel Castellví y Emili Quevedo, se expone el malestar de la dirección de la policía por las declaraciones que se están haciendo, por parte de diferentes cargos políticos, donde aseguran que los Mossos no obstaculizarían el proceso. De hecho, el major ha dicho que la cúpula de los mandos policiales estaban "molestos" por estas manifestaciones públicas donde se afirmaba que los Mossos facilitarían y promoverían la celebración del referéndum.

La dirección de la policía catalana transmitió en estos dos encuentros que cumplirían el mandato judicial y la cúpula del Govern les dijo que hicieran lo que tuvieran que hacer.

Josep Lluís Trapero se ha desmarcado así de la estrategia política del referéndum durante la declaración que ha hecho hoy durante más de dos horas en la Audiencia Nacional. La declaración del major choca frontalmente con las acusaciones de la Guardia Civil, de Diego Pérez de los Cobos y de la fiscalía, que lo hacen responsable de no haber evitado el referéndum y trabajar en paralelo para el proceso independentista.

La fiscalía cree que Trapero ocultó información en su declaración del 16 de octubre, porque no explicó ni que había habido estas reuniones a finales de septiembre ni su contenido.

La jueza da credibilidad a Trapero. Hoy lo ha dejado en libertad sin fianza, aunque la fiscalía había pedido 50.000 euros si el major de los Mossos quería evitar la prisión.

Trapero está imputado por sedición por los hechos del 20 de septiembre y para el 1 de octubre. Lo acusan de inacción, tanto para permitir la manifestación en torno a la Conselleria d'Economia como para no detener el referéndum, ni requisar urnas, ni cerrar colegios.