El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha vuelto a proponer el número dos de JxCat, Jordi Sànchez, como candidato a presidir a la Generalitat. Torrent ha constatado que el expresidente de la ANC es quien cuenta con más apoyos, después de haber consultado telefónicamente los grupos parlamentarios entre este viernes y sábado, en la cuarta ronda de consultas que hace esta legislatura.

El presidente del Parlament, sin embargo, no ha convocado todavía el pleno de investidura, que por lo tanto no tiene fecha. Sànchez continúa encarcelado en Soto del Real, y JxCat prevé reclamar al juez del Supremo Pablo Llarena que le deje asistir a la sesión plenaria. El mismo magistrado ya negó esta petición el 9 de marzo, cuando la defensa de Sànchez pidió por primera vez el permiso para ir al pleno. Llarena argumentó que el pacto de JxCat y ERC "no rechaza impulsar la República con efectividad". Ahora, sin embargo, JxCat confía en el pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos de la ONU para hacer efectiva la investidura de Sànchez.

Esta ha sido la cuarta ronda de contactos de la legislatura que hace Torrent con los grupos parlamentarios, después de Carles Puigdemont, el propio Sànchez, y Jordi Turull. Hay que recordar que la tercera ronda de consultas -la del 21 de marzo por Turull- ya la hizo telefónicamente, un sistema que Torrent ha repetido ahora por Sànchez.

Falta de apoyos

Los únicos grupos que han confirmado al presidente del Parlament que darán apoyo a este candidato han sido JxCat y ERC. La CUP ya había anunciado en rueda de prensa ayer por la mañana que mantienen sus cuatro abstenciones, ya que sólo prevén dar apoyo a una hipotética nueva candidatura de Puigdemont. El resto, Cs, PSC, CatECP y PPC han hecho saber a Torrent que no darán apoyo al nombre de Sànchez.

Así pues, ahora mismo el candidato de JxCat no contaría con bastantes votos para ser investido, tampoco en segunda vuelta. Sànchez necesita más votos afirmativos que negativos, pero las abstenciones de la CUP, y la negativa de Puigdemont y Toni Comín de dejar las actas de diputados harían que -si no hay ningún cambio- la investidura decayera por falta de apoyos.

Además, hay que tener en cuenta si hay cambios en la delegación de voto de Puigdemont. La Mesa del Parlament le aceptó este derecho pero mientras estaba encarcelado en Alemania. Ahora, ya en libertad, habrá que ver si hay algún cambio. El gobierno español ya dijo que estudia si recurre esta delegación de voto al Tribunal Constitucional.