El movimiento del presidente español, Pedro Sánchez, de aplazar la mesa de diálogo pactada con ERC ha encendido las luces de alarma en el palacio de la Generalitat. Desde presidencia se ha advertido públicamente a Sánchez que la voluntad del Govern es "encauzar la mesa de negociación" en la reunión que tienen previsto el próximo jueves en Barcelona. "Estamos convencidos de que el presidente Sánchez no cerrará ninguna puerta al diálogo en este encuentro ni excluirá ningún contenido", se ha subrayado.

Desde el ejecutivo español se ha hecho saber esta mañana que Sánchez mantiene la reunión con el president de la Generalitat, Quim Torra, en Barcelona pero deja la mesa de diálogo para después de las elecciones al Parlament, la fecha de las cuales se dará a conocer una vez se aprueben los presupuestos.

Este nuevo calendario de la Moncloa rompe el acuerdo que cerró el PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez, según el cual, la mesa se tenía que convocar quince días después de la constitución del nuevo gobierno español.

A través de una nota, desde presidencia de la Generalitat se ha recordado que Torra ya ha avanzado en los contactos telefónicos que ha mantenido con Sánchez la voluntad de abordar "las cuestiones de fondo del conflicto político entre Catalunya y España" y que, en concreto, en la conversación del 9 de enero "le dejó claro que la reunión de los dos presidentes tenía que servir para encauzar la mesa de negociación".

Asimismo, se recuerda de que la reunión de las principales fuerzas políticas y sociales independentistas del 15 de enero acordó por unanimidad que los puntos que había que tratar en la reunión eran el ejercicio del derecho a la autodeterminación y el fin de la represión y la amnistía. "Y así le trasladará en la reunión del 6 de febrero a Barcelona", advierte.