El semanario británico The Economist, en absoluto simpatizante con el independentismo, ha advertido que el juicio al procés puede ser visto a nivel internacional "como una mancha a la democracia española", si deja que los presos políticos "se pudran en la cárcel".

"Hasta 15 meses ya han estado en la cárcel nueve líderes independentistas catalanes. El 4 de febrero [en realidad será el día 12], debe empezar el que será el primero de muchos días en el Tribunal Supremo, cuando se inicie la fase oral de su juicio por cargos de rebelión y malversación de fondos públicos. Las acusaciones, que podrían dar lugar a sentencias de hasta 25 años de prisión, surgen de un referéndum inconstitucional y de una declaración ilegal de independencia en una de las regiones mayores y ricas de España en octubre del 2017. Para los partidarios de la independencia catalana, es un juicio político. Para muchos españoles es una respuesta por una conspiración para destruir su país. También es una prueba de la imparcialidad del poder judicial del país", señala.

The Economist

The Economist recuerda la instrucción del juez Pablo Llarena, que argumenta que los acusados tramaron un plan para conseguir la independencia "a cualquier precio". Recuerda que Llarena sostiene su tesis sobre la violencia en el hecho de que supuestamente se impidió a la policía y a funcionarios judiciales salir de la conselleria de Economia después de un registro, y que dos coches de la Guardia Civil fueron "destrozados" (sic).

A pesar de mantenerse en las tesis oficiales, la revista pide clemencia del Tribunal Supremo para los acusados.