Por unanimidad, el Tribunal Constitucional vuelve a cerrar filas con las decisiones del Tribunal Supremo. Este miércoles el pleno del alto tribunal se ha puesto de acuerdo para tumbar el recurso contra el veto de Pablo Llarena a Jordi Sànchez para asistir a su propio debate de investidura. Los magistrados han inadmitido el recurso presentado por Carles Puigdemont y otros diputados contra la decisión del Tribunal Supremo de denegarle la libertad y el permiso penitenciario para ir al Parlamento. Han argumentado que no agotaron las instancias judiciales. Ahora hace un mes el TC tumbó un recurso idéntico, con los mismos argumentos, sobre la investidura de Jordi Turull.

El recurso contra el veto del Supremo argumentaba que el magistrado instructor, Pablo Llarena, había vulnerado su derecho fundamental al ejercicio del cargo público representativo porque los diputados tienen derecho a debatir y pronunciarse sobre la investidura del candidato propuesto, que en este caso era él mismo. Pero la sentencia, de la que sólo se conoce la parte dispositiva, sostiene que no agotaron la vía judicial antes de presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

"Una vez dictado el auto de 9 de marzo no articularon ningún medio de impugnación ni tampoco dirigieron al magistrado instructor ni a la Sala de Recursos del Tribunal Supremo ningún escrito tendente a denunciar la vulneración de sus derechos", señalan los magistrados. "Es más, ni siquiera formularon adhesión al recurso de apelación presentado por Jordi Sánchez ante el Supremo", añaden.