La igualdad de género es uno de los puntos que acostumbran a lucir la mayoría de partidos a sus programas electorales. Pero ¿qué hay más allá de los discursos? ¿Qué dicen las cifras sobre el modus operandi de la política en esta materia? ¿Son paritarias las organizaciones y los parlamentos? ¿Cómo estamos aquí en comparación con en resto de Europa?

Si nos fijamos en el Parlament catalán y el Congreso de los Diputados, lo cierto es que ambas cámaras de representación van de la mano en esta cuestión. No llegan a la paridad necesaria que proclaman sus dirigentes, pero se acercan mucho y son abanderados en Europa. Curiosamente, el porcentaje de diputadas en Catalunya y en el global de España es exactamente el mismo, un 44%. En ambos parlamentos, los grupos más feminizados son los comunes y ERC. Entre abril y noviembre pasados, el Congreso tuvo el mérito de encabezar el ranking europeo, siendo el país con más mujeres en su parlamento.

El Parlament empieza a hacer los deberes

En la primera legislatura del Parlament, tras restablecimiento de la democracia, sólo había siete mujeres diputadas de 135. Un escaso 5,2%. Cuarenta años después de aquel 10 de abril de 1980, la cámara catalana ha progresado mucho en igualdad, pero todavía hay trabajo por hacer. El actual hemiciclo lo componen 59 mujeres y 75 hombres. Un 44,02%. Aunque la actual composición es mucho más igualitaria que en años anteriores, algunos partidos todavía tienen mucho camino por recorrer. Especialmente en los puestos de responsabilidad como los de la Mesa, la igualdad todavía está muy lejos de alcanzarse.

El PP, en porcentaje, es el menos igualitario, con sólo un 25% de diputadas mujeres, aunque hay que tener en cuenta que sólo tienen cuatro diputados, tres hombres y una mujer. En segunda posición por la cola está Cs que, a pesar de ser el partido más numeroso de la cámara, sólo tiene un 38,8% de mujeres, 14 en total, mientras que el PSC tiene 11 que representan un 41,1% y JxCat 14 diputadas que suponen un 42,42%. ERC y la CUP son los más paritarios, ya que tienen exactamente un 50% de hombres y un 50% de mujeres. Los comunes, finalmente, son los que decantan la balanza: 5 de sus 8 diputados son mujeres, el 62,5%.

En la Mesa, sin embargo, es donde hay más trabajo por hacer. Aunque en la legislatura anterior (2015-2017) era casi paritaria, esta legislatura la igualdad ha empeorado. En la etapa liderada por Carme Forcadell había tres mujeres y cuatro hombres. En cambio, la que preside Roger Torrent empezó con un suspenso total: sólo había una mujer, Alba Vergès (ERC). Sin embargo, en la actualidad hay dos mujeres y cinco hombres, después de algunas reestructuraciones por la marcha de diputados. En estos momentos Laura Vílchez (Cs) y Rut Ribas (ERC) son secretarias terceras y cuartas respectivamente.

Para revertir este hecho, sin embargo, la misma Mesa aprobó el pasado enero un plan de igualdad que, entre otras 84 acciones, fija que la composición del órgano rector de la cámara debe ser paritario. También las mesas de las comisiones. Entre las medidas previstas está también la ampliación de supuestos para ejercer la delegación de voto, para que vaya más allá de la maternidad y la paternidad e incluya también el cuidado de familiares o la lactancia, así como el impulso de un protocolo contra la violencia machista o la formación obligatoria para los diputados para la prevención de la violencia machista y LGTBI-fòbia.

VOX hace retroceder la paridad en el Congreso

El porcentaje actual de diputadas en el Congreso es calcado al del Parlament. El dato, sin embargo, representa un retroceso si la comparamos con la de hace menos de un año, durante la fugaz XIII legislatura española. Tras las elecciones generales del 28 de abril pasado, el Congreso batió el récord en Europa, convirtiéndose en el parlamento con más representación femenina del continente -un 47,4%- por delante de países nórdicos como Suecia, Finlandia o Noruega. Con la repetición electoral y el subsiguiente auge de VOX, España sufrió un retroceso.


Foto: EFE

Actualmente, de los 350 escaños que hay en el hemiciclo, 154 los ocupan mujeres, una docena menos que hace unos meses. Representan el 44% del total, una proporción que sitúa España como el segundo país más paritario de Europa, sólo por detrás de los suecos, que tienen el 47,3% de mujeres. VOX es, de largo, la formación más masculinizada, casi las tres cuartas partes del grupo son hombres, 38 de los 52 diputados. El PNV tampoco pasa la prueba el algodón, con sólo un 33% de mujeres.

En el otro lado de la balanza, Unidas Podemos (54%) y Esquerra Republicana (53%) son los dos únicos partidos que cuentan con más diputadas que diputados. JxCat, la CUP y Cs tienen exactamente la misma proporción, 50-50, los socialistas, casi un 49%, el PP tiene el 44,3% de mujeres y Bildu un 40%.

La presidenta de las Cortes vuelve a ser una una mujer, la socialista catalana Meritxell Batet. Ahora bien, el máximo órgano de representación del Congreso ha perdido la mayoría femenina con que contaba hasta el 10-N. De los 9 miembros de la Mesa, 4 son mujeres, el 44%. Justamente esta semana, coincidiendo con el 8-M, se ha aprobado el primer plan de igualdad de la cámara baja española. Incorpora una de las principales reivindicaciones del personal de la casa: una apuesta decidida por la conciliación. Además, después de constatar que el 10% de las trabajadoras del Congreso asegura haber sufrido acoso, se exige el establecimiento de un protocolo de actuación al respecto.

La conclusión, pues, es que tanto el Parlament como el Congreso progresan adecuadamente, más teniendo en cuenta que cuando se estrenaron en democracia las mujeres sólo representaban un 5% del total y que la mayoría de parlamentos europeos tienen, todavía, mucho más trabajo a hacer.