En la misma línea que en el juicio, el conseller de Acción Exterior, Bernat Solé (ERC), ha negado desobediencia en su actuación como alcalde de Agramunt (Urgell) durante el referéndum del 1-O en una atención a los medios en las puertas del tribunal. Solé ha sido recibido a su salida por algunos diputados y alcaldes que lucían la vara.

"He obedecido el mandato de la ciudadanía. Nunca estar al lado del pueblo y trabajar para preservar la seguridad y la salud de las personas en un acto multitudinario como fue el 1-O tendría que ser un acto de desobediencia", ha reivindicado una vez acabado el juicio visto para sentencia.

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Insinuando una persecución política hacia su persona para ser el responsable de Exteriores del Gobierno, Solé ha recordado que "tal como hice yo lo hacen verdadero centenares de alcaldes y alcaldesas que en estos momentos no están citados".

Solé ha revelado haber recibido muchos apoyos del independentismo, "pero también de gente que no comparte nuestro proyecto político y que, incluso, no se sintió llamada a votar el 1-O". "Es esta la grandeza de la democracia, que todo el mundo se pueda expresar. Que todo el mundo pueda decir aquello que considere lo mejor para el país. Y el 1-O fue una prueba", ha afirmado.

Llamada a la unidad

Solé también ha hecho un llamamiento a la unidad del independentismo para "construir una estrategia" contra la represión y "poner la amnistía y el referéndum acordado como elementos esenciales para resolver el conflicto entre Catalunya y el Estado". Solé ha advertido que "ningún conflicto político en el mundo se ha acabado resolviendo a través de la judicialización".

"Es evidente que la judicialización no es el camino. El camino es el diálogo, el camino es la negociación y el camino es el acuerdo. Juzgarme a mí es juzgar todos los alcaldes y alcaldesas. Es juzgar el municipalismo. Hoy me siento portador de este gran valor que tenemos como país. Porque al fin y al cabo somos representantes de la ciudadanía", ha enfatizado.

El juicio, visto para sentencia

Durante la vista se han analizado todos los movimientos de Solé. La Fiscalía ha intentado probar que el conseller republicano promocionó el referéndum e incluye en su acusación su participación en un debate de autodeterminación en el que participó como representante de un partido y no como alcalde.

El TSJC juzga a Solé por un presunto delito de desobediencia durante el 1-O, cuando era alcalde de Agramunt, por supuestamente promover y participar en la organización del referéndum en el municipio, y pide por eso una inhabilitación de un año y medio y una multa de 24.000 euros.

Por su parte, Solé ha defendido que su actuación fue "la que corresponde a cualquier alcalde, máximo representante en Protección Civil" en un municipio. Ha añadido que intervino para preservar el orden público y la integridad de los equipamientos y ha puesto como ejemplo que no se escondieron las urnas de la votación en el falso techo de la escuela donde se hacía la votación.