"Pedro Sánchez es ahora un rey que se ha quedado en el campo de batalla luchando con su espada solo contra todo el mundo". Con esta imagen poética definía esta semana al presidente del Gobierno uno de sus socios tras reunirse con él en el palacio de la Moncloa. Santos Cerdán ha sido cesado de su cargo como secretario de Organización del PSOE al haber estallado el escándalo de corrupción, de manera que Sánchez se ha quedado sin interlocutor socialista con Junts per Catalunya y Bildu. Pero otros aliados parlamentarios del Gobierno se quejan a este periódico de que la maquinaria negociadora de Sánchez hace tiempo que está oxidada, después de siete años gobernando y ahora en una legislatura con una aritmética parlamentaria envenenada y desgastadora.
En privado, trasladan que en la renovación que pretende hacer de la dirección del PSOE en el próximo comité federal del 5 de julio, hace falta que el presidente socialista ejecute una remodelación de su flota negociadora. "Ahora mismo nuestro interlocutor es Pedro Sánchez; está completamente solo", describe con los ojos como platos un destacado miembro de Esquerra Republicana, que explica que el presidente español se ha bunquerizado en un estado de psicosis después de que le haya traicionado su mano derecha dentro del PSOE. Un diputado en el Congreso de este grupo parlamentario relata en conversación con este periódico el malestar de la formación con el interlocutor que ya hace tiempo les designaron los socialistas: Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes.
Con respecto a Junts per Catalunya, destacan la misma idea; pronunciada de igual manera: "Nuestro interlocutor hoy por hoy es él". En su caso, es natural. Santos Cerdán era el hombre que estaba en contacto permanente con el partido de Carles Puigdemont y que mensualmente viajaba a Suiza para reunirse con el president de la Generalitat en el exilio, el secretario general de la formación, Jordi Turull, y la jefa de filas juntaires en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras. Estos dos últimos se reunieron con Sánchez este martes en la Moncloa durante una larga hora y media y dieron aire al presidente español, aparte de exigirle "garantías" de cumplimiento del Acuerdo de Bruselas y la designación de un nuevo interlocutor. El líder socialista les pidió tiempo y los independentistas han aceptado.
El PSOE descarta designar de interlocutor con Junts a un miembro del Gobierno
Según explican a ElNacional.cat fuentes del Gobierno, el nuevo interlocutor no será necesariamente el nuevo secretario de Organización del PSOE. El presidente socialista podría colocar a una persona del partido con calidad negociadora, pero no tiene por qué ser la misma persona que ocupe el cargo que dejó vacante la semana pasada Santos Cerdán. Las mismas fuentes aseguran que el nuevo interlocutor no será un miembro del Gobierno, con tal de mantener las negociaciones en la categoría de "relaciones bilaterales entre partidos". En conversación con este periódico, los juntaires explican que serán pragmáticos y que a ellos tampoco les preocupa el cargo de la nueva persona designada. "Lo que importan son los resultados", señalan miembros de esta formación. Con la ley de amnistía en los tribunales, Junts confía en que la oficialidad del catalán en Europa se haga realidad pronto y que se consiga sacar adelante en el Congreso la ley que delega a la Generalitat las competencias en inmigración. El escollo es Podemos, que a su vez quiere aprobar una Iniciativa Legislativa Popular para legalizar medio millón de inmigrantes en España.
A Bildu le ha pasado lo mismo. "Ha caído Cerdán y ahora no tenemos ningún interlocutor político; de formación a formación; de profundidad política", destaca un diputado de la izquierda abertzale en el Congreso. Confiado en que el PSOE les trasladará en las próximas semanas la persona con quien negociar a partir de ahora, admite la rareza de la situación creada por el cese del número tres de los socialistas. "Las relaciones no están rotas porque siguen habiendo 25 canales de comunicación entre nosotros, que es toda la gente que trabaja en los distintos Ministerios y quiere negociar cosas puntuales, pero ahora mismo no tenemos el gran puente que nos conectaba con los socialistas", relata.
El Gobierno mantiene a los socios atados y confía no tener que avanzar elecciones
También en conversación con este periódico, varios miembros del Consejo de Ministros próximos a Pedro Sánchez se muestran tranquilos ante el nuevo escenario, confiados en que todavía mantienen atados a los socios a lo que llaman la "mayoría progresista". Destacan que ningún aliado ha amenazado seriamente con tumbar la legislatura; ni en público ni en privado. Y es cierto. El más contundente ha sido Podemos. Su secretaria general, Ione Belarra, aseguró el miércoles en los pasillos del Congreso que el actual presidente español ha alcanzado su "final de ciclo", pero en ningún caso ha dicho que la formación retirará a partir de ahora el apoyo a los socialistas. La dureza de los morados está provocando que Sumar, socio del PSOE dentro del Gobierno de coalición, esté elevando el tono por primera vez contra el partido de Pedro Sánchez. Este sábado la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se desmarcó de los "sinvergüenzas y corruptos" socialistas y reivindicó a sus "cinco ministros limpios"
"A nadie le interesan nuevas elecciones", destaca un miembro de alta jerarquía del Gobierno, que pronostica que todas estas formaciones mantendrán el tono elevado hasta el final de la legislatura, pero no tumbarán al ejecutivo porque el resultado del 23-J permitió a todas ellas ser indispensables aritméticamente. Estas mismas fuentes, a pesar de todo, también piden responsabilidad a sus aliados parlamentarios y advierten que "no pueden incrementar más el precio de sus votos". También piden prudencia: se les exige hacer limpieza profunda en el PSOE, pero consideran que "no todo el mundo puede convertirse ahora en sospechoso". A pesar de todo, admiten el estado de psicosis: "Cuando escuchamos el rumor de un nuevo informe, ahora las alarmas suenan a todo volumen".