El Síndic de Greuges ha reclamado, a raíz del encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, revisar la legislación y doctrina jurisprudencial para "equiparar la libertad de expresión en España a la doctrina europea", porque considera que la condena por injurias en la Corona no ha tenido en cuenta el posicionamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre este delito.

En un comunicado este martes, ha instado a "explorar con celeridad las vías más adecuadas para poner en libertad al cantante Pablo Hasel", que ha ingresado en la prisión este martes porque fue condenado por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona en sus canciones.

El Síndic ha remarcado que un informe del 2017 "ya señalaba las regresiones en materia de libertad de expresión en todo el Estado", y ha sostenido que desde la reforma del Código Penal del 2015 ha habido un aumento --que califica exponencial y abusivo-- en la persecución de los delitos de enaltecimiento del terrorismo.

Ha afirmado que este tipo penal está previsto para delitos de propaganda terrorista que implican amenazas reales e inminentes de atentados pero "en la práctica sólo se aplica a cantantes, actores y artistas que la única cosa que pretenden es cuestionar el sistema y llamar la atención", y se ha referido a cantantes o tuiteros como Valtònyc, César Strawberry, Cassandra, la Insurgencia y Evaristo Páramos.

El órgano cree que estas causas "reflejan un pobre concepto de la libertad de expresión de la Fiscalía y la judicatura" y reclama revisar los delitos de enaltecimiento del terrorismo y de injurias en la Corona.

Las injurias al Rey según el TEDH

Con respecto al delito de injurias al rey, afirma que en el caso de Hasel se ha ignorado la sentencia del TEDH del 2018 que giró una condena por quemar fotos del jefe del Estado, que la Audiencia Nacional consideró un ataque personal al monarca.

Cuando revisó la condena, el Tribunal de Estrasburgo lo consideró "una denuncia que representa al rey como jefe y símbolo del aparato del Estado" que se puede enmarcar en la crítica política o la disidencia y, por lo tanto, en la libertad de expresión de rechazo de la monarquía como institución.