Los grupos que las últimas noches habían provocado el caos en Barcelona han dado este sábado una tregua en una jornada reivindicativa y con momentos de tensión pero sin disturbios relevantes, en la que han irrumpido grupos pacifistas que han montado cordones para separar policía y manifestantes. Sin embargo, la noche, que sí que tuvo algunos incidentes aislados, acabó con 13 detenidos y 11 heridos, según han informado los Mossos y el SEM.

Después de colapsar el lunes pasado los accesos del aeropuerto del Prat, horas después de la condena en la cúpula del procés, el centro de Barcelona se había convertido desde el martes en un campo de batalla nocturna con disturbios, crema de centenares de barricadas y cuerpo en cuerpo entre policía y manifestantes.

Este sábado, con los responsables policiales en alerta máxima por la escalada de la gravedad de los disturbios de los últimos días, y un amplio dispositivo en el centro de Barcelona, la situación fue mucho más tranquila que las últimas noches, sin disturbios de importancia, aunque hubo momentos de mucha tensión, intermitente, en la zona de plaza Urquinaona, epicentro de la batalla campal del viernes, y delante la sede del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), igual que en la Meridiana y a la Rambla.



La tensión llegó después de darse por finalizada una manifestación convocada por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR), en la que se ha sumado a primera hila a la CUP, que había transcurrido desde la plaza Urquinaona hasta el TSJC, para pedir la dimisión del conseller de Interior, Miquel Buch. A la manifestación han asistido unas 6.000 personas, según la Guardia Urbana.