Las infraestructuras son material sensible en el Estado de las autonomías, hasta el punto que la costumbre "tan española de compararse con el vecino", como dice el ministro Íñigo de la Serna, es un caballo de Troya con que el titular de Fomento se pelea casi cada día. Esta semana se cumplen 25 años de la creación de la primera línea de alta velocidad en España, en medio de las críticas de la Generalitat de que el corredor mediterráneo tiene que tener un "calendario evaluable", o la réplica de otras comunidades como Andalucía, sobre la presunta desinversión de Fomento en su territorio.

"Tenemos que intentar huir de la alta velocidad como arma de confrontación política", decía el ministro en un desayuno informativo de El Economista, este lunes en Madrid. Rodeado de una nutrida muestra del empresariado –entre ellos, Adif y Renfe- y del ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha asegurado que era "desacertado" medir la inversión en infraestructuras a partir del criterio territorializado. La idea de fondo es que este indicador solo computaría las inversiones hechas en la comunidad donde nace una vía, y no por todos los lugares en donde circula.

Pero en la Moncloa también se comparan con el vecino, en concreto, con las comunidades autónomas, y mientras reivindica "visión de conjunto", De la Serna justifica por enésima vez la reducción de los presupuestos generales de 2017 en Fomento. El titular ministerial dice que las comunidades recibirán una inyección de 5.300 millones de euros –procedente de las arcas estatales– y que su reducción de déficit será del 0,1%, comparativamente menor que en el Estado y otras administraciones públicas. 

La idea del agravio comparativo entre la Administración central y la autonómica es nueva dentro del paquete de argumentos que sirven para excusar la duración de las obras públicas, o la descompensación entre lo presupuestado y lo ejecutado. Durante el mandato de Mariano Rajoy los argumentos empezaron con que en el 2016 el Acuerdo de No Disponibilidad suspendió el presupuesto de Moncloa –de manera que "no sería comparable, ni justo hacerlo" con el del 2017, según el ministro. Después de ello, vino el mantra de que el interinato había dejado en jaque la acción administrativa. Y debido a todo eso, ahora habrá que hacer un "esfuerzo" por poner en marcha la maquinaria burocrática y las obras.

Así las cosas, De la Serna quiere hacer los deberes, como prometió a los consellers de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, y de Empresa i Innovació, Jordi Baiget, durante la mesa sobre el corredor mediterráneo del lunes anterior. Se calcula que el tramo Tarragona-Vandellós de 62 Km esté terminado y en funcionamiento en el primer trimestre del 2018, mientras que el Vandellós-Castelló se encuentra en "trámites de reactivación de las obras", como el de Castellbisbal-Vilaseca. "En el primer trimestre de 2017, 122 millones de pasajeros han utilizado el tren, incremento del 5,8% en relación con el primer trimestre del año pasado, es decir, 6,6 millones de pasajeros más", decía sobre los corredores en España.

Precisamente, para no avivar la "confrontación", el representante del ejecutivo también recuerda otros corredores estratégicos. Se prevé una inversión de 1.400 millones de euros en el tramo que tendrá que unir los puertos portugueses con Teruel, Sagunto y Zaragoza. La idea es fortalecer Renfe Mercancías y convertir a España en un "nodo logístico" del sur de Europa.

Para el ministro Cercanías es una prioridad, porque de los 122 millones de pasajeros en España, aproximadamente 110 millones lo son de este servicio. Al respecto, no se descarta la creación de un holding empresarial entre Renfe y Adif. Así las cosas, también se espera una nueva confrontación entre vecinos por esta infraestructura. Después de que Rull exigiera la cesión del servicio a la Moncloa –ante los incumplimientos reiterados– y este se la negara porque la titularidad es del Estado, Fomento se ha propuesto "reforzar" el Plan de Cercanías en Catalunya. Pero la Generalitat desconfía, si no hay un "contrato" que lo certifique, como dijo hace unas semanas el president Carles Puigdemont.

Radiales y Estiba

Sobre el decreto de liberalización del sector de la estiba que el Congreso tumbó a Rajoy hace unas semanas, De la Serna ha asegurado que en adelante espera "responsabilidad política" del resto de grupos y confía en poder volverlo a presentar en unas semanas. Y en cuanto a las carreteras radiales, el otro agujero negro del ministerio, ha expuesto que Fomento no se quedará con las autopistas en quiebra que tenga que rescatar, sino que las sacará de nuevo a concurso para volver a ceder su explotación a empresas privadas, dado que actualmente "son viables".