El presidente catalán en el exilio, Carles Puigdemont, ha respondido con dureza a las declaraciones del presidente español, Pedro Sánchez, donde aseguraba que no tendrá ningún contacto con Meritxell Serret, nueva delegada del Govern en la UE. El líder del Ejecutivo español ha asegurado que la situación de Serret, acusada en el caso 1-O, será un "obstáculo" para las relaciones entre Catalunya y España.

Puigdemont ha recordado el nombramiento del ministro Josep Borrell, que dijo que se tenía que "desinfectar" Catalunya, o el de Pedro Morenés, embajador español en los EE.UU., que esta semana pronunció un ofensivo discurso hacia el Govern en un acto en Washington. "Seguro que es para facilitar las relaciones", ha ironizado en un tuit.

"Este 'tiempo nuevo' se parece mucho al viejo. Debe ser que no acabamos de ver que la política ha vuelto, como nos anuncian sus apóstoles", ha continuado con sarcasmo.