Santiago Abascal, como era de esperar, ha usado la amenaza continua como arma para criticar la investidura de Pedro Sánchez. Ha iniciado su discurso proclamando que Quim Torra tiene que ser detenido. Lo ha calificado de "rebelde" y "sedicioso" por afirmar que a él sólo le destituye el Parlament de Catalunya. Y ha asegurado que si no se lo detiene es porque "España es un país sin ley". Ha anunciado su oposición frontal a un proyecto "antiespañol y anticonstitucional", que ha definido como "bolivariano, comunista, separatista y anticonstitucional" con "vocación totalitaria". En realidad, Abascal ha querido expresar su adhesión a la manifestación ultra que se ha hecho en las puertas del Congreso.

Abascal descalificador

El líder ultraderechista ha tratado de descalificar Sánchez, y ha afirmado que el debate parlamentario de investidura de "traición navideña" y de "investidura clandestina" y ha recordado que Sánchez había afirmado que no formaría gobierno con Podemos. "Es un fraude, un estafador, un personaje sin escrúpulos", "un charlatán, un timador profesional," ha afirmado al dirigente de Vox, antes de prometer que lo harán fuera del gobierno.

Abascal frente a la Antiespaña, en los tribunales

Abascal ha dedicado buena parte de su discurso a ensalzar el nacionalismo español y a cargar contra los independentistas: "Los que quieran desmontar la soberanía nacional del pueblo español se tendrán que enfrentar con nosotros" y ha puntualizado que actuaría contra los independentistas "en los tribunales", ha apuntado (también ha añadido que pensaba que los partidos independentistas tenían que ser ilegalizados). Vox ha afirmado que "perseguirá en los tribunales" todos los atentados a las instituciones españolas" y ha criticado a las instituciones europeas y los tribunales de otros países de la UE. Abascal se ha presentado como portavoz de una ciudadanía que ha contemplado cómo las instituciones se convierten en "cuevas llenas de traidores". Abascal se ha dirigido directamente a Podemos y a los independentistas catalanes y vascos, a los que ha calificado de "kapos" del candidato socialista. Del PNV ha llegado a asegurar que "con el fin de debilitar España hace cualquier cosa" y ha calificado a los nacionalistas catalanes y vascos de "supremacistas" y ha afirmado que lo que quiere el PSOE es crear "españoles de tercera". Incluso ha acusado al representante de Teruel Existe, Tomás Guitarte, de "traicionar España".

Carga contra los "bolivarianos"

A Iglesias le ha acusado de "necesitar la miseria" y de querer liquidar la "libertad religiosa". Ha afirmado que lo que quieren los de Unidas Podemos es crear "comisarios políticos", movilizar "milicianos" y copiar al modelo "bolivariano" de Venezuela. Ha afirmado incluso que querrán acabar con la libertad de expresión y de cátedra. Ha recurrido también a los argumentos xenófobos, y ha pedido un gobierno con energía "para expulsar de sus fronteras a todos los extranjeros ilegales" y ha exigido a Sánchez "Que devuelva los menas a sus países y a sus padres". La defensa de la soberanía nacional ha acabado con una crítica feroz en los tribunales supranacionales.

Línea roja de Sánchez

Sánchez, en su réplica, ha calificado de involucionista el discurso de Abascal, pero sobre todo ha criticado el hecho de que el PP y Cs los escuchen y estén cambiando su programa. Ha afirmado que la ultraderecha es tan fuerte y crueles con los débiles como sumisa con los poderosos. Y ha aportado cifras que demuestran la falsedad de los tópicos xenófobos de Vox. "Ustedes mienten más que hablan, y hablan mucho", ha afirmado Sánchez y lo ha acusado de manifestar "valores rancios" que afortunadamente ha sido desbancados por la sociedad española. Los diputados de Vox han respondido escandalosamente a las intervenciones de Sánchez, llegando a interrumpir su intervención. Sánchez les ha asegurado que no conseguirán obligar a la involución a la sociedad española.