Pedro Sánchez ha vuelto a comparecer este lunes en la sala de prensa de la sede del PSOE en la calle de Ferraz. Se ha mantenido enrocado en la presidencia del Gobierno a pesar del escándalo del caso de corrupción de Koldo García, José Luis Ábalos y Santos Cerdán; y ha limitado su asunción de responsabilidad directa a una comparecencia en el Congreso de los Diputados y la creación de una comisión de investigación en esta misma cámara. Ha retado a Alberto Núñez Feijóo a presentar una moción de censura porque es "más democrático que pedir la dimisión" y ha encendido el ventilador recordando los casos de corrupción de los "delincuentes" del PP, así como las acusaciones de financiación irregular de Vox. Por último, ha advertido al electorado que "entregar las riendas del país a una coalición de PP y Vox sería una irresponsabilidad"; una frase en la que admite que tiene asumido que ahora mismo perdería unas nuevas elecciones.
Sánchez ha confirmado que, durante las casi seis horas de reunión de este lunes, la ejecutiva socialista ha tomado la decisión de poner en marcha una auditoría externa de las cuentas del PSOE, tal como ya anunció la semana pasada. También se ha decidido expulsar a José Luis Ábalos de militancia, un año y medio después de que estallara el caso Koldo y que se le retirara la militancia del partido de forma únicamente cautelar. Santos Cerdán, por su parte, también se ha dado de baja de militante del PSOE y también ha entregado su acta como diputado en el Congreso. Este último será sustituido en el cargo por una secretaría de organización coral y transitoria hasta el próximo Comité Federal, que se celebrará el 5 de julio en Madrid y no en Sevilla como se pretendía en un primer momento.
Sánchez enciende el ventilador y contrapone la corrupción del PSOE a la del PP y Vox
Sánchez ha transformado su cara de pocos amigos del jueves pasado a una de firmeza. Ha vuelto a descartar un adelanto de elecciones, someterse a una cuestión de confianza y una crisis de Gobierno para renovar a sus ministros, y ha mantenido viva su idea de agotar la legislatura. Se ha autollamado "capitán" socialista que tiene que coger el "timón" del partido para superar la "tormenta". Ha definido al PSOE como un partido "limpio", en contraposición a los que "tapan la corrupción, persiguen a denunciantes, crean policías patrióticas, destruyen ordenadores a golpes de martillo y tienen sedes de partido construidas con dinero irregular".
Ha añadido entonces que "después del verano se verá quiénes son los delincuentes de verdad", en referencia al juicio de la trama Kitchen que se prevé que empiece en otoño, y ha recordado las fotografías de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado, el nombre de M. Rajoy anotado en los papeles de Luis Bárcenas y la relación de Isabel Díaz Ayuso con Alberto González Amador, un defraudador a Hacienda confeso. Asimismo, ha añadido que, si PP y Vox "quieren tener un mínimo de credibilidad" en materia anticorrupción, que empiecen "exigiendo las dimisiones" de los presidentes autonómicos que, según ha dicho, están inmersos en "casos de corrupción, de financiación irregular o de negligencias" en la gestión de catástrofes. En cambio, ha señalado que él es víctima "de ataques por parte de asociaciones ultraderechistas en causas judicializadas que no obedecen a ninguna verdad", cosa que le influyó a la hora de creerse a Santos Cerdán cuando reivindicaba su inocencia ante los "rumores" de sus irregularidades.
Reunión con Yolanda Díaz y el resto de grupos parlamentarios
Por otra parte, el equipo de Pedro Sánchez ya ha empezado a contactar con algunos grupos parlamentarios para trasladarles su intención de reunirse esta semana. No hay día ni hora marcada en la agenda, pero la intención del presidente del Gobierno es poner el termómetro y medir el grado de desafección o confianza que sus socios mantienen en él. Podemos, sin embargo, ya ha informado de que rechaza participar en estas reuniones. Con respecto a Sumar, Sánchez mantendrá este lunes a las seis de la tarde una reunión en el Palacio de la Moncloa con su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

Jordi Turull aseguraba este sábado que el futuro del presidente del Gobierno continúa atado al cumplimiento del acuerdo de Bruselas, aunque afirmaba que Junts per Catalunya aprovecharía la debilidad socialista y recordaba que en Madrid tienen "intereses, no amigos." Esta misma formación ya había exigido una reunión urgente a Pedro Sánchez para valorar la "viabilidad" de agotar la legislatura. Podemos, el otro socio más duro con el PSOE, había exigido una comisión de investigación en el Congreso, cosa que impulsará finalmente Sánchez por su propio pie. El PNV, que gobierna Euskadi del brazo de los socialistas, ha asegurado que las explicaciones de Sánchez son "insuficientes" y ha pedido un revulsivo a la legislatura; mientras que Bildu pide "transparencia".
Esquerra Republicana quiere que la auditoría se extienda al Ministerio de Transportes, y, junto con los gallegos del BNG, han solicitado la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso para que dé explicaciones sobre este nuevo escándalo, a lo que finalmente también se ha comprometido. De hecho, los republicanos ya registraron de la mano de Podemos hace un par de semanas una solicitud del mismo tipo, pero para que las explicaciones fueran sobre el caso Leire Díez, la "fontanera" que maniobró para conseguir trapos sucios de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la unidad policial que investiga el entorno del líder socialista.