El diputado de ERC, Gabriel Rufián, ha marcado la agenda del debate de presupuestos de este martes en el Congreso con la cuestión del soberanismo, después de denunciar que el Ministerio de la Presidencia aumentara la partida destinada al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en 20 millones de euros. Lo ha expuesto la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmando que el objetivo era dotar el organismo con herramientas necesarias para evitar "cualquier riesgo o amenaza" en España. El enfrentamiento ha forzado la respuesta de otros grupos en la misma línea.

El republicano ha sido el encargado de defender la enmienda de ERC a las cuentas de Mariano Rajoy –quien las aprobará previsiblemente este miércoles, gracias a haber obtenido el voto que le faltaba del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo-. El hecho es que los 20 millones de euros serían destinados a "sobreguardar la soberanía y la unidad de la patria", según Rufián. Por ello, ha sido especialmente crítico, considerando que España "ya vende la soberanía en los despachos" del FMI por los compromisos internacionales con la deuda.

El hecho es que Rufián ha avivado la sospecha sobre los 600 efectivos de personal con que se incrementará el CNI en los próximos cinco años. "Un país decente no necesita más espías, micros, y brigadas patrióticas," o "dejen de gastar millonadas para defenderse de una urna y defiendan a su pueblo" son algunas frases que Rufián ha propinado a Santamaría, en alusión a la presunta operación Catalunya y las advertencias sobre utilizar todos los resortes del Estado para impedir el referéndum. Al respecto, el republicano ha lamentado que esta comisión hubiera quedado en jaque por acción de PP y Ciudadanos, aunque más tarde rectificaron y se podría prolongar.

El republicano también ha cargado contra la monarquía, afirmando que estaban "hartos de pagar las fiestas en según qué chalets a gente muy campechana", que es como le llaman al rey Juan Carlos I. Más tarde ha manifestado su queja hacia la penalización de las esteladas durante la final de la Copa del Rey, como no habría sido así con las banderas fascistas en la visita del president Carles Puigdemont y el vicepresident Oriol Junqueras, a Madrid. "Un Vito tiene más repercusión mediática que una estelada, y se preocupan más de esta que de los pollos rojigualdos", ha dicho sobre el exministro Jorge Fernández Díaz.

La cuestión es que otros diputados han recogido el guante de Rufián, como es el caso del de En Comú Podem, Josep Vendrell. Este ha denunciado la presunta operación Diálogo, señalando que dialogar "era llegar a acuerdos" y Santamaría sólo se habría dedicado a "visitas y actos lúdico-festivos" en Catalunya. "Actúan de forma autoritaria, no tienen respuesta ante la crisis territorial. Ustedes son responsables de la ruptura del pacto constitucional y se cierran a cualquier alternativa", ha subrayado sobre la posibilidad de pactar el referéndum con la Moncloa.

Vendrell ha introducido un nuevo punto, y es que mientras el CNI tendrá ahora 161 millones de euros para "preservarse del yihadismo y fomentar la ciberseguridad", la UCO –Unidad Central Operativa de la Guardia Civil– contaría con menos recursos para perseguir la corrupción. Al respecto, Rufián ha denunciado que era "una canallada" que "presuntos patriotas" como el fiscal anticorrupción, Manuel Moix, tengan intereses en paraísos fiscales, y después acusen de ser "antisistema" a los integrantes de determinadas formaciones políticas, como son ERC y PDeCAT.

Sin embargo, el diputado del Partido Popular y exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, ha salido del paso para defender a Santamaría y el presupuesto. Este ha indicado que el CNI protegía a "todo el mundo", incluído Rufián, ha insistido intentando aislar la sospecha sembrada por ERC.