La pitada en Oriol Junqueras durante la manifestación contra la cumbre hispano-francesa sigue trayendo cola. Este viernes, el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, ha considerado que las abucheos que recibió Junqueras son una cosa que "forma parte de nuestro trabajo, nos guste más o menos", y ha manifestado que entiende "perfectamente" a las personas que están "decepcionadas" con la situación actual y a las cuales quieren que el 'statu quo' de Catalunya sea "diferente". Rufián ha restado importancia a las abucheos que recibió su compañero de partido y ha afirmado esta situación dentro de "la libertad y la autonomía de las personas, expresar su ánimo a una manifestación". "No seré yo quien se me queje. De hecho, lo he dicho mil veces, forma parte de nuestro trabajo, gústenos más o menos", ha recalcado.

No obstante, ha señalado que lo "único" que piden desde su formación es que, las mismas personas que abronquen, también "ayuden". "No sabemos cuál es la otra alternativa a la cual nosotros planteamos, que es la del diálogo y la negociación", ha expresado. Por lo que ha defendido: "Hasta que no tengamos más fuerza, es la que tiene que imperar, y con respecto a todo lo que cualquiera quiera hacer y decir". En esta línea, ha asegurado que en ERC son "muy conscientes" de la "fuerza que tenemos" y ha recalcado que en su formación no son "responsables" de las decisiones del PSOE y del gobierno de España. "Ni queremos ni podemos cambiar al PSOE, ni queremos ni podemos cambiar al Poder Judicial", ha subrayado.

Junqueras quita hierro a la pitada

El líder de ERC va reconeixer que entiende que haya gente que está enfadada "por razones como todavía no hemos conseguido lo que queremos", en referencia a la independencia. Desde Esquerra aseguran que Junqueras ya tenía previsto marcharse porque a las 10 horas tenía un compromiso y que, por lo tanto, el hecho de abandonar la manifestación no tenía nada que ver con la pitada. A su vez, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, defendió que se tiene que respetar la "libertad de expresión" de la gente y que los políticos tienen que tomar nota". Según Feliu, ERC está protagonizando una "gran contradicción" porque el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, estaba en "connivencia" con la cumbre y al mismo tiempo el partido participa de la manifestación. "Tenemos la obligación de soportar la crítica y eso también lo es. Estaría bien que entendieran qué hace falta un cambio de rumbo en este sentido. No entrar en contradicciones tan grandes", añadió la presidenta de la ANC.

La secretaria general y portavoz de ERC, Marta Vilalta, también ha mantenido la posición del resto de altos cargos de su partido y ha restado importancia al regañado que recibió este jueves el presidente de su formación, Oriol Junqueras. Vilalta confirmó lo que ya se decía desde de ERC, que Junqueras había abandonado la protesta por otro compromiso que tenía programado y no por la pitada. La portavoz de ERC indicó que aunque no le gustan los reproches entre independentistas, "respeta todas las opiniones". Ahora bien, Vilalta no negó que habría preferido que los reproches se hubieran canalizado contra "aquellos que no nos permiten el derecho a la autodeterminación.

Miquel Iceta apoya a Junqueras

A la manifestación no solo se oyeron gritos y pitadas contra Junqueras, sino que alguien todavía fue más contundente. "Junqueras, traidor, te queremos en la prisión", dijo una voz. Ante este ataque grave, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, reaccionó dando su apoyo al presidente de Esquerra Republicana. "Cuando oigo gritos de 'Junqueras, vuelve a la prisión' siento mucha pena", afirmó el también exprimer secretario del PSC, durante una visita a Santa Coloma de Gramenet. Iceta, pues, salió en pleno apoyo al republicano. "No tenemos que desear el daño de nadie. Junqueras y el resto han sufrido lo suficiente y han demostrado bastante compromiso con el país porque ahorramos expresiones que hacen daño a los afectados y al resto". También apeló a hacer un "gran esfuerzo" por respetar las ideas y las personas. "No me gusta que haya gritos contra nadie".