El exvicepresidente del Gobierno y exlíder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba ha dicho hoy que "aquello que quieren los independentistas es que el Estado les saque Puigdemont del medio" y "se ha mostrado" convencido de que "el Estado lo hará, pagará el coste", como se empezó a ver ayer con la "mala noticia" del Consejo de Estado.

"Ahora lo que estamos discutiendo es qué coste pagamos" para que Carles Puigdemont no sea investido president de la Generalitat, ha advertido Rubalcaba en una entrevista en Onda Cero, en la que ha aconsejado al ejecutivo español ser "hábil" en su estrategia para que el descrédito del Estado sea el menor posible.

Según su opinión, el gobierno español "se arriesga a un golpe político" con la decisión a recurrir al Tribunal Constitucional la candidatura de Puigdemont para paralizar el pleno de investidura, pero la alternativa de haber recorrido la votación, una vez realizada, hubiera tenido "más coste político" todavía. "Por eso se ha hecho así".

Govern sin Puigdemont

Convencido de que habrá un gobierno independentista sin Puigdemont y que el "unilateralismo ha muerto y ya no resucitará", Rubalcaba ha vuelto a reclamar un "proyecto político compartido" en el bloque constitucionalista.

Después de asegurar que Rajoy "sabe perfectamente" que tiene problemas, que este asunto está bloqueando la política española y que al Gobierno le perjudica, ha opinado que "tendrá que tomar iniciativas" y que la solución pasa para que los tres partidos constitucionalistas, PP, PSOE y Cs, "hablen, no en el corto (plazo), sino con luces largas" y "ofrezcan al conjunto de España un proyecto político que de paso resuelva el problema de Catalunya".

En la entrevista, ha elogiado también la "actuación excelente" del rey a Felipe VI en la crisis catalana: "Creo que fue fundamental para dar a los españoles un sentido del Estado. El Rey explicó a los españoles que había un Estado y unas reglas y dijo que había que cumplir la ley. Hizo lo que tenía que hacer y lo que algunos creíamos".

Después de apuntar que España tiene por historia un Estado "muy débil", ha dicho que echa de menos que "alguien defienda con pasión la ley", porque "en democracia la ley es fundamental" y un gobernante no puede defenderla "como si fuera un procurador".