Trámite inicial de la primera investigación de la Operación Catalunya por parte de la justicia española. El expresidente del Barça Sandro Rosell ha ratificado ante el juzgado de instrucción 13 de Madrid la querella presentada contra el excomisario José Manuel Villarejo, dos inspectores de la policía y un agregado del FBI de la embajada de los EE. UU. en España. Según ha explicado su abogado, Pau Molins, a la salida de los tribunales madrileños, en la declaración —que ha durado media hora—, Rosell ha agradecido al magistrado "la valentía de admitir la querella" y lo ha animado a que "llegue hasta el final". "Ha pedido que vaya hasta el fondo, caiga quien caiga, para limpiar las cloacas de tramas político-policiales corruptas", ha añadido Molins. La probable citación de Villarejo aún no tiene fecha.

Esta es la primera querella contra los miembros de la policía patriótica que se acepta a trámite por parte de la justicia española, en la cual Rosell cree que, a través de fondos reservados, miembros de la policía, con la complicidad del gobierno de Mariano Rajoy y dirigentes del PP, tejieron un entramado al margen de la ley contra el independentismo, que consistía en buscarle trapos sucios para acabar encarcelándolo provisionalmente durante casi dos años en la prisión de Soto del Real antes de que lo absolvieran. A pesar de ser la primera denuncia, aún hay 6 más que están registradas y presentadas a la espera de que los tribunales las admitan o las rechacen.

En este punto, el letrado de Rosell confía en que si se aceptan el resto de querellas, el magistrado las aglutine en una "macrocausa" de la Operación Catalunya. "Sería una opción procesalmente recurrente para no reiterar líneas de investigación en paralelo. Parecería lógico y una posibilidad muy plausible", ha dicho Molins, que ha explicado que el juez que instruye la causa ha pedido a Rosell "aclaraciones técnicas" sobre la senadora Alícia Sánchez-Camacho y la magistrada que lo mantuvo en la prisión durante casi dos años, Carmen Lamela. De hecho, la defensa del expresidente culé mantiene la voluntad de querellarse contra la exlíder del PP en Catalunya tan pronto como avance la investigación y deje de ser representante en el Senado.

Una querella contra Villarejo

La querella de Rosell se dirige contra el excomisario José Manuel Villarejo, dos inspectores policiales y un agregado del FBI de la embajada de los EE. UU. en España que supuestamente participaron de la trama. En el texto de la denuncia se asegura que el expresidente culé es víctima de un plan instigado por la policía española, miembros del Gobierno de Mariano Rajoy y dirigentes del PP contra el movimiento independentista. "La estrategia consistía en obtener información y confeccionar pruebas falsas para intimidar, investigar, imputar, perjudicar y desprestigiar a personas que, fuera verdad o no, se consideraban próximas al movimiento independentista", afirma la querella. Entre estas personas, en opinión de la defensa en base a los recortes de prensa aportados, había Sandro Rosell, presidente del FC Barcelona entre 2010 y 2014, a quien creen que las cloacas del Estado persiguieron hasta encarcelar teniendo en cuenta "la indudable relevancia social del club".

Rosell, en medio de la Operación Catalunya

En la querella se cita el audio de la reunión entre Villarejo y Sánchez-Camacho en 2012 en la cual la entonces presidenta del PP catalán facilitó una especie de lista negra de líderes independentistas a perseguir, entre los cuales estaba Rosell. Según aseguraba la actual senadora, la familia Rosell estaba vinculada a la fundación de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y, por eso, creía que habían colocado al expresidente azulgrana al frente del club. A través de anotaciones en la agenda de Villarejo, los letrados también dejan constancia de la existencia de confidentes que amenazaban directivos y miembros de la Junta que presidía Rosell y de los encuentros con un agente confidente del FBI para que ayudara a combatir el independentismo moviendo hilos para conseguir una comisión rogatoria de los EE. UU.

Además, según la defensa, la trama utilizó el escándalo del Fifagate para vincular a Rosell con casos de corrupción del mundo del fútbol. De hecho, recuerdan que le "escudriñaron" sus cuentas corrientes a raíz de una querella presentada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que desembocó en su imputación por el caso de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y posterior detención, encarcelamiento y absolución. Los abogados aseguran que el inspector de la UDEF querellado, Alberto Estévez, fue el responsable de escribir los informes incriminatorios contra Rosell para conectarlo con los escándalos de corrupción futbolística, que contenían "datos incorrectos" y se basaban en recortes de prensa y blogs dirigidos por confidentes del mismo Villarejo.

Los dos años de prisión

El escrito también se queja de la actitud de la jueza de la Audiencia Nacional que lo envió a prisión provisional, Carmen Lamela, que, según reconoció Villarejo en una entrevista en TV3, había aceptado investigar y encarcelar a Rosell a cambio de ser promocionada en el Tribunal Supremo, tal y como pasó posteriormente. En este punto, justifica las "circunstancias extrañas" que mantuvieron a Rosell en prisión preventiva durante mucho dos años. Como, por ejemplo, que lo mantuviera entre rejas sobre la base de "informes policiales inexactos" que afirmaban que Rosell tenía un "importantísimo patrimonio en el extranjero". O que el expresidente estaba procesado en otros países y eso justificaba un supuesto riesgo de reiteración delictiva. O que la jueza Lamela negara el acceso de los abogados a la petición de información de los Estados Unidos sobre Rosell. O que un confidente publicara contenido del procedimiento antes de que se entregara en las partes. Todas estas tésis, según la querella, se han demostrado falsas.